El
neuropéptido CART, conocido principalmente por el papel que desempeña en la regulación de la ingesta de alimentos, ha sido modificado en el Instituto de Química Orgánica y Bioquímica de la Academia Checa de Ciencias y esta nueva versión del péptido muestra una mejor estabilidad y una mayor efectividad. El compuesto no solo
suprime el apetito, sino que también
protege el cerebro al reducir la patogenicidad de la proteína tau, asociada con el alzhéimer. Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista
European Journal of Pharmacology.
El nuevo compuesto ha superado con éxito las pruebas tanto en cultivos celulares, como en modelos animales. Los ratones que eran obesos y propensos a la diabetes
perdieron peso tras su administración, y también mostraron una reducción en la patología relacionada con la proteína tau en el cerebro, uno de los principales
síntomas del alzhéimer.
Un fármaco contra la obesidad que puede reducir el riesgo de alzhéimer
La eficacia de esta molécula modificada se debe a un proceso denominado lipidización. Los científicos unieron diferentes ácidos grasos al péptido natural CART, descubriendo que el péptido modificado es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, lo cual es esencial para que el fármaco funcione correctamente en el cerebro.
Vilém Charvát, primer autor del estudio, ha explicado que han observado que cuando se aplica un análogo lipidizado del péptido CART de forma subcutánea, este logra llegar al cerebro, donde actúa suprimiendo el apetito y, si se administra durante un periodo prolongado, también tiene un efecto neuroprotector, por lo que podría ser útil en el tratamiento o la prevención de enfermedades neurodegenerativas.
El péptido CART (transcrito regulado por cocaína y anfetamina) fue descubierto en 1998 por la farmacéutica danesa Novo Nordisk. Se ha encontrado que este péptido es abundante en el hipotálamo y tiene una estructura relativamente compleja con tres puentes disulfuro. Sin embargo, aún se desconoce a qué receptor se une en el cuerpo. Los intentos por identificarlo hasta ahora no han tenido éxito.
Los péptidos anorexígenos (que disminuyen el apetito) podrían también ser útiles para la prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas
Este es también el objetivo principal de la Dra. Andrea Pačesová, autora principal del estudio, que ha explicado que tienen en sus manos un fármaco potencialmente eficaz contra la obesidad que también parece reducir el riesgo de alzhéimer, aunque advierte que para desarrollar al máximo este potencial es necesario comprender por qué la sustancia actúa de la manera en que lo hace. Y añade que lo primero que deben hacer es descifrar cómo el péptido llega al cerebro e identificar los receptores adecuados.
La investigación sobre péptidos con potencial para desarrollar fármacos contra la obesidad en el IOCB de Praga está dirigida por la Dra. Maletínská. Hace algunos años, ella logró firmar un acuerdo de licencia para una sustancia prometedora con la farmacéutica Novo Nordisk. Desde hace tiempo, la Dra. Maletínská sospecha que los péptidos anorexígenos (que disminuyen el apetito) podrían también ser útiles para la prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
“Ahora sabemos, a diferencia de lo que se creía anteriormente, que se forman nuevas neuronas incluso en la edad adulta. Este proceso regenerativo es apoyado por varios péptidos anorexígenos que pueden
ayudar a reparar el tejido cerebral dañado”, ha afirmado la Dra. Maletínská. “Si la enfermedad de Alzheimer se diagnostica en una fase temprana, conocida como
deterioro cognitivo leve, las posibilidades de curarla parecen ser bastante altas”, concluye la experta.