Vinculan la obesidad con una reducción del flujo sanguíneo al cerebro

El sobrepeso y la obesidad reducen de forma significativa el riego sanguíneo en el cerebro, según un estudio que muestra que aumentar la actividad física puede modificar positivamente, o incluso contrarrestar, el problema.
La obesidad reduce el flujo sanguíneo

07/05/2021

Una disminución del riego sanguíneo en el cerebro, lo que también se conoce como hipoperfusión cerebral, es un factor de riesgo temprano de la demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer, y por ello son tan importantes los resultados de un nuevo estudio, que han mostrado que tener sobrepeso u obesidad reduce significativamente el flujo sanguíneo del cerebro.

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La nueva investigación se ha publicado en Neurobiology of Aging y ha sido realizada por científicos del The Irish Longitudinal Study on Ageing (TILDA) en el Trinity College Dublin (Irlanda), que también han comprobado que incrementar la actividad física puede modificar positivamente, o incluso llegar a contrarrestar, esta disminución del flujo sanguíneo cerebral.

En este estudio se comprobó que el impacto negativo de la obesidad en el riego sanguíneo cerebral era mayor que el asociado al envejecimiento

La obesidad es un grave problema sanitario que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alcanzado proporciones pandémicas a nivel mundial –al menos 300 millones de personas son obesas– y sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a aumentar las tasas globales de enfermedades crónicas y discapacidad, afectando a la calidad de vida en general, y perjudicando además al sistema inmune, algo de vital importancia a causa de la pandemia por COVID-19.

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La obesidad afecta más al riego sanguíneo cerebral que la edad

Los investigadores estudiaron tres mediciones diferentes de la obesidad: el índice de masa corporal (IMC), la proporción cintura-cadera y la circunferencia de la cintura, así como la actividad física, en adultos mayores de 50 años. En cuanto al flujo sanguíneo cerebral se midió utilizando imágenes de resonancia magnética de vanguardia.

Si el riego sanguíneo cerebral es deficiente puede conllevar graves problemas de salud a medida que envejecemos, como un aumento del riesgo de demencia y alzhéimer

Los resultados mostraron que el sobrepeso o la obesidad se asociaba con una reducción del aporte de sangre al cerebro. A pesar de que ya se sabe que el flujo sanguíneo cerebral disminuye con la edad, en este estudio se comprobó que el impacto negativo de la obesidad en el riesgo sanguíneo cerebral era mayor que el asociado al envejecimiento. Sin embargo, ser físicamente activo ayudaba a contrarrestar los efectos negativos de la obesidad sobre el flujo sanguíneo cerebral.

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De hecho, los autores del estudio han recomendado estar físicamente activo entre una hora y media y dos horas durante el día, realizando tareas que requieran un esfuerzo moderado, lo que incluye ejercicios en los que sea necesario respirar de forma algo más intensa de lo normal, como caminar rápidamente o montar en bicicleta, aunque cualquier aumento de la actividad física, especialmente si se integra en los hábitos diarios o semanales, como la jardinería, ayudaría a mantener y potencialmente mejoraría el riego sanguíneo al cerebro.

Los principales hallazgos del estudio son:

  • El incremento del IMC, la proporción cintura-cadera y el tamaño de la circunferencia de la cintura se asociaron con un menor aporte de sangre al cerebro.
  • Un aumento de la circunferencia de la cintura de más de 1 cm se asociaba con la misma reducción del flujo sanguíneo cerebral que causaba un año más de edad.
  • Unos mayores niveles de actividad física modificaron las asociaciones entre la disminución del flujo sanguíneo cerebral y la obesidad.

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El Dr. Silvin Knight, becario de investigación en TILDA y autor principal del trabajo, ha explicado que “un aporte de sangre al cerebro saludable y uniforme resulta clave y garantiza que este órgano está provisto del suficiente oxígeno y nutrientes para funcionar correctamente. Si el riego sanguíneo cerebral es deficiente puede conllevar graves problemas de salud a medida que envejecemos, como un aumento del riesgo de demencia y alzhéimer. Sabemos que la obesidad puede predisponer a una persona a sufrir problemas asociados al envejecimiento y enfermedades, e incluso reducir su esperanza de vida hasta seis años en los hombres y siete en las mujeres, a partir de los 40 años”.

“Ser físicamente activo puede ayudar a proteger a los individuos con sobrepeso u obesidad contra un riego sanguíneo cerebral reducido y sus consecuencias para la salud”

Y añade: “Nuestro estudio revela claras asociaciones entre la obesidad y una reducción en el aporte de sangre al cerebro en la población mayor, y también muestra la importancia de ser físicamente activo para los individuos con sobrepeso u obesidad, ya que esto puede ayudar a protegerles contra un riego sanguíneo cerebral reducido y las consecuencias para la salud que pueden derivarse de ello”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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