La osteoporosis se debe a una disminución de la masa ósea, pero no suele presentar síntomas, y casi siempre se descubre cuando se produce una fractura. Conoce las causas, los factores de riesgo, y cómo puedes prevenir su aparición.
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 17 de octubre de 2024
Podríamos dividir los tipos de osteoporosis existentes en dos grandes grupos: osteoporosis primaria y secundaria. Ambos tipos de osteoporosis conllevan un riesgo elevado de fracturas, pero la prevención y tratamiento pueden variar según la causa subyacente. Veamos sus características con detalle:
Osteoporosis primaria
Este tipo es el más común y suele estar relacionado con el envejecimiento y los cambios hormonales. Se conoce como involutiva o senil, y en general, la fractura más frecuente es la vertebral:
Tipo I o postmenopáusica: ocurre en mujeres después de la menopausia, generalmente entre los 50 y 75 años. La causa principal es la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que protege los huesos, lo que acelera la pérdida ósea. Afecta principalmente los huesos trabeculares, siendo las fracturas más características las vertebrales y las del segmento distal del antebrazo o muñeca (denominadas fracturas de Colles).
Tipo II o senil: afecta tanto a hombres como a mujeres mayores de 70 años. Está vinculada con la disminución general de la formación ósea debido al envejecimiento, con una pérdida tanto de hueso trabecular como cortical (la parte más densa del hueso). En este caso, tanto la falta de estrógenos (en mujeres) como la falta de testosterona (en hombres) contribuyen a la progresión de la enfermedad. Las fracturas más características son las de cuello femoral o las fracturas de cadera, extremidad proximal del húmero u hombro, las de la tibia y la pelvis.
Idiopática: característica de personas jóvenes; no se conoce la causa. Afecta por igual a ambos sexos, y se caracteriza por la aparición brusca de dolor óseo y fracturas ante mínimos traumatismos.
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Osteoporosis secundaria
En este caso, la pérdida ósea es causada por otra enfermedad, condiciones médicas o medicamentos. Es menos frecuente que la primaria y puede afectar a personas más jóvenes. Sus causas incluyen:
Factores alimentarios (dieta baja en calcio o problemas en la absorción del mismo).
Enfermedades endocrinológicas (diabetes mellitus, hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, o síndrome de Cushing) pueden afectar el metabolismo óseo.
Trastornos gastrointestinales: enfermedades como la celiaquía, enfermedad de Crohn o la mala absorción de nutrientes pueden disminuir la capacidad de absorber calcio y vitamina D, esenciales para el mantenimiento de la densidad ósea.
Amenorrea o falta de la menstruación (deportistas o anorexia nerviosa).
Enfermedades genéticas.
Uso prolongado de determinados fármacos. Glucocorticoides (como la cortisona) son una causa común de osteoporosis inducida por medicamentos. Otros fármacos que pueden predisponer a osteoporosis incluyen anticonvulsivos, anticoagulantes y algunos tratamientos de cáncer (quimioterapia, inhibidores de aromatasa).
Enfermedades renales o del hígado: insuficiencia renal crónica o por inmovilización, o enfermedades hepáticas afectan el metabolismo del calcio, fósforo y vitamina D, lo que lleva a un deterioro de la salud ósea.