Parálisis cerebral
Una de cada dos mil personas sufren parálisis cerebral. No suele haber dos casos iguales, y sus consecuencias pueden ir desde problemas de movilidad al retraso mental. Conoce cómo abordarlo.

Tratamiento de la parálisis cerebral, prevención y pronóstico

Por: Esther Martín

Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares

Actualizado: 6 de octubre de 2022

La parálisis cerebral no tiene cura; el tratamiento es multidisciplinar, y su objetivo es lograr el mayor grado posible de desarrollo físico e integración social de los afectados. Debe ir enfocado a tres líneas de actuación:

  • Tratamiento del trastorno motor: para mejorar la movilidad del paciente y prevenir y tratar las deformaciones o el dolor asociados. Para conseguirlo se emplean técnicas de fisioterapia y terapia ocupacional, dispositivos ortopédicos, cirugía, y fármacos para reducir las convulsiones o relajar los músculos.
  • Prevención o disminución de los efectos que tiene el trastorno motor sobre el desarrollo general del niño: durante los primeros años de vida, el aprendizaje y la relación del niño con su entorno están directamente relacionados con su capacidad de movimiento. Sus desplazamientos y la manipulación de los objetos le ayudan a conocer su entorno, y la limitación motora le priva de este conocimiento, de ahí la importancia de una atención terapéutica temprana que mejore la autonomía del paciente y sus posibilidades de comunicación.
  • Tratamiento de los trastornos asociados: ya sean déficits sensoriales (hipoacusia, deficiencias visuales…), epilepsia (muy frecuente en estos pacientes), trastornos de la alimentación, respiratorios, del sueño, retraso en el crecimiento, retraso mental, problemas de aprendizaje, etcétera.

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Prevención de la parálisis cerebral y pronóstico

En la mayoría de los casos no es posible prevenir la lesión cerebral que provoca los trastornos agrupados bajo la denominación de parálisis cerebral, aunque los controles prenatales adecuados pueden prevenir en cierta medida los factores de riesgo asociados, como la prematuridad. También las mejoras en el control terapéutico del recién nacido prematuro y la atención multidisciplinar resultan muy efectivos para detectar y tratar precozmente el trastorno y los problemas asociados al mismo.

La esperanza de vida de un niño con parálisis cerebral depende en gran medida de la intensidad y gravedad de la lesión cerebral que presenta y de los trastornos asociados, así como de la edad a la que se comience la intervención terapéutica. La respuesta familiar ante la situación y la disponibilidad de servicios terapéuticos y educacionales adecuados resultan de vital importancia en la evolución del paciente.

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