Párkinson
El párkinson es una enfermedad degenerativa crónica que se manifiesta generalmente por temblores incontrolables, pero hay otros síntomas que pueden ayudar a detectarla precozmente, conócelos y cómo se manejan.

Qué es la enfermedad de Parkinson y cuáles son sus causas

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Actualizado: 10 de abril de 2024

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson o párkinson (PRK) es una enfermedad del sistema nervioso central, crónica y degenerativa, que afecta a una zona del cerebro llamada los ganglios basales, cuya función es actuar como sistema de ayuda en la producción y control de los movimientos, tanto voluntarios, como involuntarios. Podríamos decir que el párkinson es un trastorno producido por el deterioro y muerte de un tipo de células del cerebro encargadas de producir la molécula dopamina, que tiene un papel clave en la coordinación y generación de movimientos musculares. Según la Organización Mundial de la Salud se calcula que 8,5 millones de personas en el mundo conviven con párkinson, lo que la convierten en la segunda enfermedad neurodegenerativa más común tras la enfermedad de Alzheimer.

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El párkinson se desarrolla de una manera insidiosa, lenta, con una evolución progresiva, aunque variable, generalmente entre los 55 y los 60 años, aunque el límite inferior de edad para desarrollar la enfermedad es de 35 años y, de hecho, según indican desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 15% de las personas diagnosticadas tiene menos de 50 años. No es una patología mortal, pero a día de hoy aún es incurable.

Desde la SEN también señalan que en las últimas dos décadas la carga del párkinson –medida en los años de discapacidad que provoca en el conjunto de la población mundial– ha aumentado un 80% en todo el mundo. Actualmente, indican, en España hay unas 160.000 personas con esta enfermedad y debido al progresivo envejecimiento de la población se espera que el número de afectados se duplique en los próximos 20 años, alcanzando los 20 millones a nivel mundial.

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Aunque este trastorno puede ir acompañado de decenas de síntomas, los más característicos referidos por los pacientes son: temblor en reposo (presente en 7 de cada diez pacientes), lentitud en los movimientos voluntarios (bradicinesia), movimientos involuntarios (discinesia), rigidez en las extremidades, y pérdida del equilibrio, debido a trastornos musculares que alteran la marcha, pudiendo provocar caídas, tal y como apunta el Ministerio de Sanidad en su Guía para la enfermedad de Parkinson. La asociación de dos o más de estos síntomas se denomina parkinsonismo.

Tampoco hay que olvidar que, aunque en esencia, se trata de un trastorno del movimiento, los afectadas desarrollan con frecuencia problemas mentales como depresión y demencia. De hecho, hasta en un 40% de los casos la primera manifestación del Parkinson es la depresión, lo que puede llevar a diversos errores diagnósticos.

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Los expertos de la SEN también explican que el párkinson a menudo está infradiagnosticado, y que en los próximos 30 años los casos detectados se triplicarán, en parte debido al envejecimiento de la población, pero también a consecuencia de los avances en su diagnóstico y trartamiento. Según datos de la SEN actualmente hay aproximadamente 150.000 pacientes con enfermedad de Parkinson en nuestro país, con cerca de 10.000 nuevos casos detectados cada año.

El párkinson no afecta de la misma forma a hombres y mujeres, según ha revelado estudio del proyecto COPPADIS, promovido por el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento (GETM) de la SEN y publicado en la revista Journal of Clinical Medicine en febrero de 2023. Las principales conclusiones del trabajo señalan que la depresión, la fatiga y el dolor son síntomas más comunes o graves en las mujeres, mientras que la falta de expresión facial, los problemas del habla, la rigidez y la hipersexualidad son más comunes en los varones.

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Aunque a día de hoy no existe cura para el párkinson, son varios los tratamientos médicos, farmacológicos (empezando por la Levodopa) o quirúrgicos que han demostrado ser eficaces para, junto a la rehabilitación (que atañe a varias áreas: fisioterapia, logopedia, psicología, terapia ocupacional…) poder combatir los síntomas y enlentecer la progresión de la enfermedad, y que deben personalizarse para cada paciente.

Causas de la enfermedad de la Parkinson

Las causas del párkinson son desconocidas en un 90% de los casos, mientras que en un 10% pueden explicarse por factores genéticos. No obstante, son también varios los factores ambientales conocidos implicados en su aparición. En una zona del cerebro llamada sustancia negra hay una serie de neuronas (células nerviosas) de un color más oscuro que el resto, cuya función es producir y secretar una sustancia muy importante para ese control de los movimientos: la dopamina.

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En la "puerta de entrada" a estos ganglios basales, que se denomina Núcleo Estriado (EST), se encuentran los receptores sobre los que actuará la dopamina. Cuando los receptores de la dopamina se han activado, se producen una serie de cambios bioquímicos que permiten la adecuada conexión con el resto de los componentes de los ganglios basales, regulando la actividad de los mismos. Esta compleja función sólo se lleva a cabo correctamente cuando hay un perfecto equilibrio entre todos los componentes implicados.

Cuando este proceso se desarrolla de manera apropiada, el individuo es capaz de mantener bajo control los movimientos voluntarios –es decir, los que "quiere hacer"–, pero también le permite mantener inhibidos los movimientos involuntarios –aquellos que "no desea" llevar a cabo–, y evitar así su aparición.

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Neuronas dañadas por la enfermedad de Parkinson

Cuando se desarrolla párkinson, las neuronas negras encargadas de la liberación de la dopamina se degeneran y, consecuentemente, dejan de producir el neurotransmisor, o lo hacen en menor cantidad. Cuando esto ocurre, la regulación de los ganglios basales no es la adecuada, y el resto de los componentes y sustancias de los ganglios no funcionan de la manera necesaria, lo que se traduce en un descontrol de los movimientos: los movimientos voluntarios no se llevan a cabo en la forma deseada, lo que supone la aparición de uno de los signos más llamativos del párkinson: la hipocinesia (disminución de los movimientos voluntarios).

Algunos de los síntomas que se presentan en esta enfermedad se ven intensificados por la presencia de acetilcolina, un neurotransmisor antagonista a la dopamina que intensifica sus efectos al disminuir el nivel de esta.

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