Pie de atleta
Las piscinas, duchas y las superficies cálidas y húmedas son el caldo de cultivo habitual del hongo que provoca el pie de atleta. Conoce cómo prevenir la reproducción y propagación de estos agentes infecciosos.

Síntomas del pie de atleta

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Algunos pacientes con pie de atleta pueden permanecer asintomáticos, y presentar únicamente mal olor a causa de la infección, aunque en otros sí que se observan síntomas del pie de atleta.

Se pueden clasificar, por tanto, las diferentes formas de pie de atleta, con sus respectivos síntomas:

  • Forma crónica: se observa un enrojecimiento del pie y picor constante, especialmente por la noche. Es la forma más frecuente.
  • Forma hiperqueratósica: en este estado suelen aparecer grietas, ampollas y escamas en la zona que está infectada, además de hiperqueratinosis, que consiste en que la capa externa de la piel se engruesa.
  • Forma vesical media: la piel presenta una serie de vesículas que no deben ser explotadas.
  • Forma ulcerosa: una vez que se llega a este estado existe una alta probabilidad de que el pie de atleta se asocie con una infección secundaria bacteriana, que puede ser necesario tratar con antibióticos. Se observan úlceras interdigitales, especialmente en pacientes con un sistema inmunitario debilitado y en diabéticos.

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Síntomas del pie de atleta

Los signos más comunes de la infección por pie de atleta son el enrojecimiento y las vesículas, con zonas de maceración, que son característicamente localizadas entre los dedos y en concreto en el tercer y cuarto espacio interdigital. Esto puede desembocar en pequeñas grietas en los pliegues con las consecuentes molestias y riesgo de infección bacteriana añadida. 

Complicaciones del pie de atleta

En aquellos pacientes que tengan una mala circulación la infección puede complicarse, llegando incluso a tener que amputar el pie. Esto les puede ocurrir a pacientes diabéticos, por ejemplo.

El pie de atleta también puede llegar a afectar a las manos o a las uñas, haciendo que estas presenten un mal aspecto: sin color, engrosadas e incluso demolidas.

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