Signos y síntomas de una intoxicación por monóxido de carbono
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
El principal problema en cuanto a la intoxicación por monóxido de carbono (CO) es que, al ser un gas imperceptible, es muy difícil de detectar a no ser que sea con dispositivos especiales. Esto lo hace extremadamente peligroso, pues cuando se empiezan a notar los síntomas de una intoxicación es porque los niveles de CO en sangre son suficientes como para envenenar a la persona si no recibe atención médica.
Cada persona se ve afectada de manera diferente, y hay grupos más vulnerables a los efectos de este gas, como los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas, o las personas con problemas de corazón o circulatorios. Los primeros órganos afectados son, lógicamente, aquellos que consumen más oxígeno: el corazón y el cerebro.
Estos son algunos de los signos que nos harán sospechar de que estamos sufriendo una intoxicación por monóxido de carbono:
- Cuando la concentración de CO en la sangre supera el 10% se empiezan a notar sus efectos. En las primeras fases de la intoxicación podremos apreciar:
- Cefaleas, siendo común el sentir las palpitaciones en las sienes.
- Náuseas y vómitos.
- Olor extraño en el aliento.
- Si la exposición al monóxido de carbono se prolonga en el tiempo y la concentración está entre el 20 y el 40% aparecen:
- Debilidad e incluso parálisis de los miembros inferiores.
- Somnolencia, con frecuencia la víctima bosteza mucho como reflejo del cuerpo para suplir la falta de oxígeno.
- Pérdida de visión y audición, no es raro que la persona escuche pitidos y zumbidos.
- Dificultad al respirar, como si faltase el aliento.
- En las últimas fases de la intoxicación, cuando la concentración supera el 50%, la persona que lo ha inhalado:
- Pierde los reflejos y la conciencia. Puede haber convulsiones.
- Tiene las pupilas dilatadas.
- Respiración muy debilitada.
- La piel puede adquirir una tonalidad azul, especialmente se observa en labios y uñas.
Aparte de la sintomatología descrita, si la víctima llega a sobrevivir puede que después de la recuperación queden secuelas de por vida si no se ha actuado a tiempo, entre las que se cuenta el daño cerebral permanente, de diferente grado dependiendo de cuánto tiempo el cerebro se haya visto privado de oxígeno; daño pulmonar o enfermedades respiratorias, como el edema de pulmón; y problemas cardíacos por daño tisular.
Creado: 22 de diciembre de 2015