Qué hacer en caso de mal de montaña
Actualizado: 28 de junio de 2022
Cuando se vaya a hacer una subida a un monte o montaña o una zona donde la altitud es elevada y poco frecuente para nosotros, se debe tener presente que el mal de altura puede afectar a cualquiera, por lo que el conocimiento de los primeros auxilios básicos para afrontarlo ayudará a que todos los viajeros lleguen a su destino sin problemas. El diagnóstico precoz y la identificación de los primeros signos de mal de montaña es vital para poder actuar en consecuencia y evitar males mayores:
- Cuando comiencen los primeros síntomas de mal agudo de montaña inmediatamente hay que dejar de ascender. Se deberá tomar un descanso, hidratarse bien y consumir algo que aporte energía. Estos síntomas leves suelen desaparecer en una hora aproximadamente –depende de la persona–, y después tu cuerpo volverá a estar listo para la próxima etapa.
- Si al cabo de esa periodo de descanso los síntomas no han desaparecido es necesario comenzar a descender. Normalmente al bajar de 300 a 500 metros se empieza a notar una rápida mejoría. Una vez descendido se recomienda hacer una pausa en el viaje, para ayudar al organismo a aclimatarse, siendo necesario a veces pasar la noche antes de volver a continuar el ascenso.
- Si los síntomas que aparecen son graves, el descenso se hace obligatorio. Se pueden administrar analgésicos de venta libre, como la aspirina o el paracetamol, para reducir los dolores de cabeza. La administración de oxígeno suplementario (regulado a 4-6 litros por minuto) es de gran ayuda y va a combatir la mayoría de los síntomas.
- En caso de que el estado del afectado sea muy grave y el descenso se haga imposible es necesaria la administración de oxígeno (4-6 litros por minuto) junto con una inyección de corticoides como la dexametasona, y la toma de algún fármaco diurético. Una vez estabilizada la persona, se ha de comenzar el descenso inmediatamente.
- Si hay pérdida de conciencia significa que el afectado está en estado crítico. Ante esta situación se hace necesario el rescate inmediato y la asistencia médica especializada.
- Nunca se ha de seguir ascendiendo si se tiene alguno de estos síntomas. Una mayor altitud lo único que hará es empeorar el estado del aquejado.
- Si el descenso es requerido, cuando se pasen los síntomas no se debe continuar ascendiendo inmediatamente, hay que esperar un tiempo prudencial y disminuir el ritmo de subida.
Claves para evitar el mal de altura
Aunque todo montañista debe tener en cuenta los primeros auxilios a llevar a cabo ante un caso de mal de montaña, el mejor tratamiento es la prevención. Con un buen entrenamiento y una buena preparación física el riesgo de padecer mal de altura o soroche disminuye, aunque no desaparece.
Lo mejor es tomarse el ascenso con calma, llevar una dieta rica en hidratos de carbono durante el viaje y una buena hidratación (incluso el doble de lo habitual, unos cuatro litros diarios), evitar la ingesta de alcohol así como el tabaco y las drogas y, por supuesto, someter a nuestro cuerpo a un proceso previo y gradual de aclimatación para que sólo nos quede disfrutar del trayecto.
Creado: 14 de mayo de 2015