Palpitaciones cardíacas
Cuando en reposo y sin razón el corazón late más rápido de lo normal sentimos lo que se denominan palpitaciones cardíacas. Conoce sus causas, cuándo alarmarse, y qué hábitos modificar para prevenirlas.

Tratamiento y prevención de las palpitaciones cardíacas

Por: Alicia Díaz

Enfermera, experta en Primeros Auxilios

Actualizado: 13 de septiembre de 2024

El tratamiento indicado para las palpitaciones cardíacas dependerá de la causa que las haya provocado y que el médico, mediante pruebas como el electrocardiograma, el Holter, o el ecocardiograma, podrá diagnosticar. En muchos casos, las palpitaciones son benignas y no requieren tratamiento específico, pero si están relacionadas con un problema médico o generan malestar significativo, el médico puede recomendar un enfoque terapéutico adecuado.

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Opciones para tratar las palpitaciones cardíacas

El tratamiento de las palpitaciones normalmente incluye un cambio en la dieta y el estilo de vida, fomentando el ejercicio físico y evitando el consumo de estimulantes como cafeína, alcohol, nicotina y otras sustancias estimulantes que pueden desencadenarlas. Conviene así mantener una buena hidratación y consumir una dieta equilibrada con suficientes electrolitos puede prevenir palpitaciones causadas por desequilibrios en el cuerpo. También es útil poner en práctica técnicas de manejo del estrés, como meditación, yoga, respiración profunda o terapia cognitivo-conductual, que pueden ser útiles para reducir palpitaciones relacionadas con ansiedad o estrés. Y, por supuesto, dormir lo suficiente y mejorar la calidad del sueño puede ayudar a reducir las palpitaciones, sobre todo si están asociadas con fatiga o estrés.

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El uso de medicamentos es una opción que tu médico o cardiólogo puede plantearte en algunos casos si sufres palpitaciones:

  • Betabloqueantes: estos medicamentos, como el propranolol o metoprolol, ayudan a reducir la frecuencia cardíaca y el impacto de las hormonas del estrés, lo que puede ser útil si las palpitaciones son persistentes o están relacionadas con condiciones como la taquicardia.
  • Bloqueadores de los canales de calcio: fármacos como el verapamilo o el diltiazem pueden regular el ritmo cardíaco, especialmente si las palpitaciones están relacionadas con arritmias.
  • Antiarrítmicos: en casos de arritmias más graves, se pueden recetar medicamentos que ayudan a estabilizar el ritmo eléctrico del corazón.

Si el problema está en el corazón o en alguna de sus partes puede requerir cirugía, por ejemplo cambiar una válvula o instalar un marcapasos:

  • Ablación por catéter: si las palpitaciones están causadas por una arritmia específica (como la taquicardia supraventricular o la fibrilación auricular), el médico puede recomendar un procedimiento llamado ablación por catéter. En este procedimiento, el especialista destruye pequeñas áreas de tejido cardíaco que están generando señales eléctricas anormales.
  • Marcapasos: si las palpitaciones están asociadas a bradicardia (ritmo cardíaco lento) u otras formas de disfunción eléctrica, se puede implantar un marcapasos para regular los latidos del corazón.
  • Desfibrilador automático implantable (DAI): en casos más graves, como con ciertos tipos de taquicardia ventricular, se puede implantar un DAI para regular los latidos del corazón y aplicar descargas si es necesario.

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Si la causa es otra enfermedad subyacente, por ejemplo el hipertiroidismo, el tratamiento irá enfocado a controlar adecuadamente dicha enfermedad:

  • Hipertiroidismo: si las palpitaciones son causadas por una tiroides hiperactiva, se tratará la disfunción tiroidea con medicamentos antitiroideos, yodo radiactivo o, en algunos casos, cirugía.
  • Anemia: si la anemia está causando las palpitaciones, se puede tratar con suplementos de hierro o cambios en la dieta para aumentar la producción de glóbulos rojos.
  • Trastornos electrolíticos: si se detectan desequilibrios de potasio, magnesio o calcio, estos se corrigen con suplementos o cambios en la dieta.
  • Hipoglucemia: las palpitaciones relacionadas con la hipoglucemia en personas con diabetes pueden controlarse mejorando el manejo de los niveles de azúcar en sangre con ajustes en la dieta o en la medicación.

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Otra opción es realizar maniobras vagales: son técnicas que puedes usar bajo supervisión médica para intentar detener palpitaciones causadas por arritmias supraventriculares. Estas incluyen la maniobra de Valsalva, toser de forma fuerte o sumergir la cara en agua fría. Estas maniobras estimulan el nervio vago, que puede ayudar a regular el ritmo cardíaco.

En algunos casos, si las palpitaciones no tienen una causa evidente o están relacionadas con arritmias intermitentes, el médico puede sugerir monitoreos prolongados como un Holter (un dispositivo que registra los latidos cardíacos durante 24-48 horas) o un monitor de eventos para registrar los episodios de palpitaciones cuando ocurren.

Cómo prevenir las palpitaciones cardíacas

Es importante señalar que muchas personas sufren episodios de palpitaciones cardíacas y no es posible determinar una causa exacta, pero no representan una amenaza y normalmente se pueden prevenir adoptando unos hábitos de vida saludable como:

  • Hacer ejercicio moderado con regularidad. Realizar ejercicio moderado de forma regular (como caminar, nadar o hacer bicicleta) puede ayudarte a liberar tensiones y mejorar la salud cardiovascular, lo que puede prevenir palpitaciones. Sin embargo, es importante no excederse con el ejercicio intenso, ya que también puede desencadenar palpitaciones en algunas personas. Encuentra una rutina que te resulte cómoda y mantenla de manera regular. Y recuerda, al hacer ejercicio, realiza una fase de calentamiento antes de empezar y una de enfriamiento al finalizar para que el corazón se adapte de manera gradual al cambio en la frecuencia cardíaca.
  • Evitar el tabaco, café, alcohol, bebidas energéticas y sustancias estimulantes como la cocaína o las anfetaminas.
  • Practicar técnicas de relajación y meditación para combatir la ansiedad y el estrés.
  • Mantén una dieta equilibrada: evita comidas pesadas o ricas en grasa, ya que pueden hacer que el corazón trabaje más para digerir, lo que puede causar palpitaciones. Incluye en tu dieta alimentos que contengan potasio (plátanos, espinacas, aguacates), magnesio (nueces, semillas, vegetales de hojas verdes) y calcio (productos lácteos, vegetales de hoja verde) para mantener el equilibrio electrolítico, que es importante para el ritmo cardíaco. Evita saltarte comidas y come con regularidad para mantener el nivel de azúcar en sangre estable, lo que puede prevenir palpitaciones relacionadas con la hipoglucemia.
  • Bebe suficiente agua: la deshidratación puede provocar desequilibrios electrolíticos, que pueden afectar el ritmo cardíaco. Bebe agua regularmente a lo largo del día, especialmente si haces ejercicio o si el clima es caluroso.
  • Duerme bien y descansa lo suficiente: la falta de sueño puede estresar el cuerpo y provocar palpitaciones. Intenta dormir de 7 a 9 horas cada noche y mantener un horario de sueño regular. Evita comer comer alimentos pesados o beber estimulantes como cafeína o alcohol en las horas previas al descanso para mejorar la calidad del sueño y disminuir las palpitaciones nocturnas.
  • Evita cambios bruscos de posición: si te levantas rápidamente después de estar sentado o acostado, esto puede causar una caída temporal de la presión arterial y desencadenar palpitaciones. Intenta levantarte lentamente para dar tiempo al cuerpo a adaptarse.
  • Tratar cualquier enfermedad de base y mantenerla siempre bajo control; en casos como la hipertensión arterial será necesario tomar la medicación apropiada.
  • Algunos medicamentos, como los descongestionantes, ciertos antidepresivos o broncodilatadores para el asma, pueden provocar palpitaciones. Habla con tu médico si notas que estos medicamentos empeoran los síntomas, ya que puede haber alternativas que no afecten tu ritmo cardíaco.
  • Monitorea las palpitaciones llevando algún tipo de registro: si tienes palpitaciones frecuentes, lleva un diario de cuándo ocurren, cuánto duran, qué estabas haciendo en ese momento y si hay factores desencadenantes. Esto puede ayudar a identificar patrones y posibles causas para prevenir futuros episodios.

Creado: 29 de junio de 2015

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