Prostatitis
La prostatitis es la afección urológica más común en los varones menores de 50 años. Sus síntomas son variados, aunque los más característicos son el dolor pelviano, los trastornos urinarios y la disfunción sexual. Conoce cómo se resuelve.

Diagnóstico de una prostatitis

Por: Margarita Casado Jiménez

Médico Adjunto en Oncología Radioterápica en el Hospital de la Princesa

Actualizado: 4 de noviembre de 2024

Síntomas de prostatitis

Los distintos procesos infecciosos o inflamatorios que afectan al área uretro-próstato-vesicular cursan con sintomatología similar. Los trastornos urinarios más frecuentes están representados por la disuria (ardor o dolor al orinar), imperiosidad (necesidad repentina e incontrolable de orinar) y polaquiuria (necesidad de orinar con una frecuencia superior a lo normal), tanto diurna como nocturna, micción dolorosa, e incluso retención aguda de orina.

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En el caso de los síndromes crónicos de prostatitis algunas veces los síntomas son escasos o inexistentes, comportando únicamente alteraciones en el semen que condicionan infertilidad. En otras ocasiones, predominan los síntomas sexuales como la disminución de la libido, la pérdida total o parcial de la erección, la eyaculación dolorosa, la eyaculación precoz, la hemospermia (sangre en el semen) o la infertilidad.

Síntomas de prostatitis

Los síntomas sexuales como la disminución de la líbido pueden ser debidos a la prostatitis.

Pero lo más habitual es la existencia de dolor pelviano y síntomas urinarios. El dolor es referido a áreas dispares: suprapúbico, perineal, lumbosacro, escrotal, peneano y cara interna de los muslos.

De todos los síntomas de la prostatitis señalados, ninguno de ellos es específico de un tipo determinado de afección prostática, excepto la forma aguda de infección de esta glándula, en la cual la clínica presenta unas características muy bien definidas con fiebre, mal estado general, disuria, dolor perineal espontáneo o con la micción y, en ocasiones, retención aguda de orina.

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Diagnóstico de una prostatitis

Para alcanzar un diagnóstico de prostatitis se pueden realizar diversas pruebas: 

Exploración física

El tacto rectal únicamente ofrece características específicas en el caso de la infección aguda. En el resto, el tacto rectal es normal.

En el caso de la infección aguda, la próstata se encuentra aumentada de tamaño, es muy sensible a la palpación; el dolor y un vivo reflejo miccional están siempre presentes.

El simple tacto puede ocasionar la emisión por el meato uretral de un exudado purulento.

Cultivo fraccionado

Es el método más utilizado en el diagnóstico de las prostatitis y también el más fidedigno. Se basa en la obtención por separado de las fracciones inicial y media de la orina. Tras ello se realiza un masaje prostático, recogiéndose en otro recipiente estéril la secreción procedente de la glándula. Por último, se obtiene la orina postmasaje, que arrastrará los restos de aquella que permanezca en la uretra.

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La positividad del cultivo de secreción prostática o de orina postmasaje es definitorio de infección prostática bacteriana, mientras que su negatividad puede representar un diagnóstico de prostatitis no bacteriana o, por el contrario, ser una falacia diagnóstica.

Prostatitis: tacto rectal

Esta consideración obliga a ser reiterativos en la metodología, o bien a recurrir a otro tipo de determinaciones que complementen aquella y cubran sus posibles errores diagnósticos.

Cultivo de semen

El semen es un conjunto de secreciones en el que la porción de origen prostático representa alrededor del 30% del volumen total. La demostración en más del 50% de los varones sanos de microorganismos en el cultivo de semen indica que esta prueba es ineficaz cuando se utiliza aisladamente.

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La prostatitis bacteriana se caracteriza por la presencia en la secreción prostática, orina postmasaje o semen, de una o más bacterias gram negativas (E. coli, K. pneumoniae, Proteus, son las más habituales), que no crecen en los cultivos de las fracciones inicial o media, o que presentan recuentos superiores, al menos, en una fracción logarítmica.

Las bacterias gram positivas son responsables de prostatitis crónica, incluyendo E. faecalis.

Cuando, ante la sospecha clínica de prostatitis crónica, el cultivo fraccionado es negativo, puede corresponder a un falso resultado o a una de las formas restantes: abacteriana crónica/síndrome doloroso pelviano crónico, o prostatitis inflamatoria asintomática.

Prostatitis: niveles PSA

La repetición del estudio con resultado negativo conduce al diagnóstico de las otras entidades en función de la presencia (prostatitis crónica abacteriana o tipo IIIa) o ausencia (síndrome doloroso pelviano o tipo IIIb) de leucocitos en semen, secreción prostática y orina postmasaje. En la prostatitis abacteriana crónica se considera la posibilidad de atribuir su origen a la presencia de Mycoplasmas (especialmente U. urealyticum, U. parvum, Mycoplasma hominis, Mycoplasma genitalum) y Chlamydias. Sin embargo, los resultados son dispares, sobre todo en lo referente a Chlamydias, ya que no hay ningún test serológico que aisladamente sea confirmativo.

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Citología exfoliativa prostática

Consiste en estudios citológicos de la secreción prostática, orina postmasaje y semen.

Ecografía

En las prostatitis aparecen distintos signos ecográficos aunque, desgraciadamente, no son exclusivos de ellas y, por lo tanto, no se pueden atribuir a cada tipo de prostatitis e incluso, por sí solos, no son suficientes para establecer el diagnóstico de la enfermedad.

Los cambios ecográficos observados son: aumento de tamaño de la próstata, asimetría de los lóbulos prostáticos, incremento del diámetro de los plexos venosos periprostáticos, nódulos hiperecogénicos en la próstata externa, evidencia de litiasis intraprostática, presencia de halos hipoecoicos periuretrales o calcificaciones entre la zona transicional y la cápsula.

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Bioquímica

El PSA (antígeno prostático específico) total en sangre aumenta en la prostatitis aguda, normalizándose con la resolución de esta. Por el contrario, en las restantes categorías de prostatitis solo resulta anormal en el 6-15% de los casos. De cualquier modo, un PSA sérico elevado en un varón joven sugiere inflamación prostática, aunque, salvo en la forma aguda, su rendimiento diagnóstico es pobre, siendo aconsejable su repetición antes de indicar la realización de una biopsia prostática.

Otros estudios

La biopsia prostática, la respuesta inmune y el estudio urodinámico son pruebas que también se pueden realizar para el estudio de esta patología.

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