Cómo se hace el Mantoux
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 4 de julio de 2022
En primer lugar el médico decidirá en una consulta previa si es necesario o no realizar un Mantoux, y para ello valorará tu estado inmunológico, las enfermedades que presentes y tus contactos epidemiológicos. Es importante que le hables sobre los países que has visitado y en qué trabajas.
El Mantoux podrá realizarse ese mismo día o en otra cita distinta. En caso de ser necesario, te medirán la tensión arterial o te realizarán una analítica sanguínea antes de someterte a la prueba, porque después sería más incómodo.
Una vez preparado te pedirán que te sientes en un sillón en una posición que facilite la realización de la prueba, y tendrás que poner uno de los dos antebrazos sobre el reposabrazos, con la cara interna hacia arriba. Debes estar relajado y avisar si algo va mal durante la prueba, aunque recuerda que dura solo unos segundos.
Para proceder a la inyección del antígeno se debe limpiar la zona con un antiséptico como la clorhexidina o el betadine. Después, la enfermera pinchará la piel sin profundizar e inyectará 0,1 mL de antígeno, que suele ser una sustancia llamada tuberculina. Al inyectar el líquido es normal que sientas dolor y escozor, a veces muy intenso, pero dura menos de 10 segundos en cualquier caso.
Después retirará la aguja y te dará un algodón para que comprimas la zona del pinchazo y así evitar que sangres. Con esto ya puedes irte a casa, pero tendrás que volver 72 horas después, es decir, tres días más tarde, para comprobar los resultados. Los resultados se leen directamente en la piel, según haya una reacción local inmunológica en la zona del pinchazo, o no. Si antes de esa fecha notases alteraciones importantes en la zona del pinchazo debes acudir al médico.
Complicaciones del mantoux
Todas las pruebas que dañan la piel entrañan riesgos, aunque la invasión sea leve. Suelen ser complicaciones poco frecuentes y en la mayoría de los casos tienen fácil solución. Pueden aparecer durante o después de la prueba, y siempre que surjan debes acudir a urgencias. Algunas de las complicaciones más comunes en el Mantoux son:
- Sangrado del punto de inyección que prácticamente siempre es mínimo.
- Infección local con fiebre, muy improbable.
- Dolor incontrolable.
- Reacción exagerada a la tuberculina. Con dolor, enrojecimiento e hinchazón intensos. Se debe recibir tratamiento para interrumpir la reacción inmune.
Creado: 18 de julio de 2014