Tacto rectal
El tacto rectal es un examen que realiza el médico introduciendo un dedo por el ano del paciente, para palpar el final del tubo digestivo, y que le permite explorar el recto, la próstata o la zona posterior de la vagina.

Cuándo se hace un tacto rectal

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 29 de julio de 2022

Esta prueba sirve para diagnosticar enfermedades u observar su evolución hacia la mejoría o el empeoramiento. Las situaciones en las que está indicado realizar un tacto rectal son:

  • Rectorragia: así se llama en medicina a la expulsión de sangre por el ano, ya sea mezclada con heces o no. La sangre puede ser roja brillante, que indica que el sangrado ocurre en la parte final del tubo digestivo, u oscura y maloliente, que indica que el sangrado es más superior y la sangre se ha digerido.
  • Síntomas prostáticos: los síntomas que pueden indicar algún problema de próstata en el hombre son dificultad para orinar, interrupción de la expulsión de orina, e incluso retenciones agudas de orina. Suele indicar que existe una hiperplasia benigna de próstata, y el tacto rectal es clave en su diagnóstico ya que se palpará una próstata elástica y no blanda, como es lo habitual.
  • Cáncer de próstata: los tumores de próstata en el varón no suelen dar ningún tipo de síntoma, y no se relacionan con la hiperplasia benigna de próstata. Por eso el tacto rectal se convierte en la pieza fundamental en su diagnóstico precoz; con él se palpa una próstata con nódulos rígidos. Todos los hombres mayores de 50 años deben someterse a esta prueba anualmente, porque es el único modo de prevenir el cáncer de próstata (ningún dato analítico lo sustituye, ni siquiera el PSA).
  • Prostatitis: aunque no es frecuente, la próstata puede infectarse en el transcurso de una infección urinaria complicada. Un tacto rectal provocaría dolor, y ese dato ayudaría al diagnóstico.
  • Cáncer de recto: al igual que con el cáncer de próstata, el tacto rectal puede palpar una tumoración en el interior del recto y permitir un diagnóstico precoz. Aunque es útil, es menos eficaz que en el cáncer de próstata, porque el tumor puede estar más arriba y el dedo no lo tocaría.
  • Examen de aparato ginecológico: en la exploración ginecológica de rutina es frecuente que se realice un tacto rectal. Gracias a él se pueden palpar de forma indirecta los órganos sexuales femeninos internos.
  • Fecaloma: se llama así al acúmulo desproporcionado de heces en el recto, de tal tamaño que no se puede expulsar por sí solo y produce estreñimiento, dolor y obstrucción intestinal en algunos casos. El tacto rectal puede palparlo, e incluso puede ayudar a movilizarlo y expulsarlo.
  • Hemorroides: el tacto rectal permite detectar hemorroides internas y averiguar cómo de grandes son las externas.
  • Fisuras anales: con esta exploración se puede comprobar el número de fisuras, su profundidad y su gravedad.
  • Fístulas anales: una fístula consiste en la formación de un canal entre la pared interna del recto y la piel de alrededor del ano. Esto provoca mucho dolor y pérdida de heces sin control. El tacto rectal puede identificar el orificio interno.
  • Abscesos perianales: cuando hay una bolsa de pus alrededor del ano, el tacto rectal puede detectarla y ayudar a delimitarla, para planificar más tarde una cirugía evacuadora.
  • Enfermedad de Crohn: la formación de fístulas complicadas (hacia la vagina, piel, vejiga, etcétera) son frecuentes en esta enfermedad. El tacto rectal es el método más sencillo para detectarlas.

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Creado: 6 de septiembre de 2013

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