Diagnóstico de la psoriasis

El diagnóstico de la psoriasis se apoya básicamente en los signos clínicos, dado que estos suelen ser bastante evidentes. El médico, en principio, procederá únicamente a examinar las lesiones en la piel, uñas o cuero cabelludo y prescribir el tratamiento adecuado. Por lo general, este diagnóstico lo realiza un dermatólogo.

Si se trata de un caso leve puede ser algo más complicado llegar al origen de la lesión cutánea, ya que los signos de la psoriasis pueden confundirse con los de muchos otros trastornos de la piel. Es por ello que, "aunque se estima que en España más de 200.000 personas podrían padecer esta enfermedad, sólo se diagnostican el 60% de los casos”, según apunta Ruben Queiro-Silva, reumatólogo del Hospital Central de Asturias y secretario del GEAPSO-SER (Grupo Español de Trabajo en Artritis Psoriásica). 

Pruebas para concretar el diagnóstico de la psoriasis

En algunas ocasiones se realiza también una biopsia cutánea (extracción de una muestra de tejido y análisis microscópico de la misma) para confirmar el diagnóstico, para determinar el tipo concreto de psoriasis que se padece, o para descartar otros posibles trastornos dermatológicos.

En los casos en los que el paciente remite algún tipo de dolor articular es conveniente que sea valorado por un reumatólogo que lleve a cabo una exploración articular más detallada.

Existen diversos niveles de gravedad de la psoriasis, que dependerá de la extensión de piel afectada, de cómo se desarrolle la enfermedad y cómo responda ante las terapias empleadas para controlarla y del impacto que causa la psoriasis en la calidad de vida del afectado. El sistema empleado para determinar su gravedad se conoce como PASI (Psoriasis area and severity index).

La realización de una analítica de sangre puede ser útil para valorar que la medicación pautada no tenga contraindicaciones para el paciente, o bien en aquellos casos que se plantee un tratamiento sistémico, tal y como recomiendan desde el Hospital Clínic de Barcelona.