Diagnóstico del reflujo gastroesofágico
Por: Silvia Chacón Alves
Médico Especialista en Medicina Intensiva en el Hospital 12 de Octubre
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
El diagnóstico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico se realiza fundamentalmente con la historia clínica del paciente, con la descripción de sus síntomas. Cuando la clínica es la típica de esta enfermedad, la probabilidad de tenerla es muy elevada, por lo que se instaura directamente el tratamiento sin necesidad de realizar más estudios.
En los casos en que los síntomas no sean tan claros, o haya sospecha de alguna complicación por el reflujo, se realizarán pruebas diagnósticas. Entre estas hay que diferenciar las pruebas que determinan la existencia de reflujo patológico, de las que ponen de manifiesto la repercusión del reflujo sobre el esófago.
Presencia del reflujo
En la actualidad se acepta de forma general que el mejor método para establecer la existencia de reflujo es la medición del pH en el esófago. Esta prueba se llama pHmetría; se realiza mediante una sonda en cuyo extremo se sitúa un electrodo que permite evaluar la acidez presente en el esófago y, por lo tanto, cuantificar el reflujo.
Repercusión del reflujo
La endoscopia es la técnica más útil para valorar la intensidad del reflujo gastroesofágico y confirmar sus consecuencias sobre la mucosa esofágica. Consiste en la introducción de una cámara que permite ver el interior del tubo digestivo, por lo que también permite evidenciar las complicaciones del reflujo y clasificar su gravedad.
Creado: 3 de agosto de 2010