Entre el 25 y el 30 por ciento de los españoles padece pirosis, que se denomina coloquialmente acidez, y consiste en una desagradable sensación de dolor o ardor en el esófago, justo debajo del esternón, que se debe a la regurgitación de ácido gástrico procedente del estómago.
Se trata de un síntoma “muy frecuente”, en palabras del presidente de la Real Academia Nacional de Medicina y jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos, Manuel Díaz-Rubio, y puede ser un indicio de otras patologías de diversa gravedad, entre ellas la hernia de hiato.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se produce como consecuencia del reflujo patológico del contenido gástrico al esófago, y en la actualidad es una de las enfermedades digestivas de mayor prevalencia entre la población occidental. “Se calcula que el 10 por ciento de la población la padece”, aclara Díaz-Rubio. No obstante, afirma que, hoy en día, existen unidades “muy especiales” en diversos centros del país, como el Clínico San Carlos, dedicadas al estudio de los pacientes que sufren este problema “con gran exactitud” y con el empleo de “modernas técnicas”. “En la actualidad existe una metodología clínica espectacular, lo que permite a los afectados obtener grandes beneficios con el tratamiento, antes de pasar a otras buenas alternativas terapéuticas, como la cirugía”.
Según señala, el tratamiento actual pasa por la utilización de inhibidores de la bomba de protones, fármacos que inhiben la secreción de ácido gástrico, lo que permite que refluya menos ácido y reduce los síntomas.
Fuente: EUROPA PRESS
Actualizado: 26 de abril de 2021