Diagnóstico del alcoholismo
Actualizado: 23 de septiembre de 2022
Las primeras manifestaciones del alcoholismo son las respuestas físicas que aparecen durante la abstinencia (temblores, sudoración, dolor de cabeza, náuseas, ansiedad o aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión sanguínea). Estos síntomas se acompañan por un fuerte deseo de consumir más alcohol. Sin embargo, no es frecuente que un alcohólico reconozca en un primer momento que tiene un problema con el alcohol. Este hecho dificulta enormemente el diagnóstico médico, mientras que el alcohólico continúa bebiendo y desarrollando una mayor tolerancia al alcohol.
Desde el punto de vista analítico existen algunos indicadores en sangre que permiten al médico saber si existe un consumo excesivo y habitual de alcohol. Concretamente, el volumen de los glóbulos rojos o hematíes aumenta considerablemente (VCM) presentando cifras por encima de 94-95, e incluso por encima de 100. Además, la gamma glutamil transpeptidasa (GGT) suele elevarse en esta situación, incluso con las transaminasas normales.
La determinación de etanol en sangre no es muy útil dado que tan solo indica la presencia de esta sustancia en sangre en el momento de la extracción, y puede detectarse no solo en consumos crónicos, sino en intoxicaciones agudas o en consumos esporádicos. Se estima que más de 60 gramos de etanol al día para el varón y más de 40 g de etanol diario para la mujer son cifras a partir de las cuales se entra en riesgo de daño visceral en el consumo crónico de alcohol (una cerveza o un vino son 10 gramos).
La evaluación psicológica será fundamental, junto al diagnóstico médico de los síntomas mencionados, para valorar el grado y el patrón de consumo de alcohol del paciente (uso, abuso, dependencia). El médico interrogará al paciente, o a un familiar en caso de que el afectado no quiera o no pueda responder a las preguntas, sobre sus hábitos en relación al consumo de alcohol. También se realiza un examen físico, y pruebas para detectar los problemas físicos o patologías que haya podido desarrollar a consecuencia del abuso de alcohol.
Es frecuente la presencia de telangiectasias en la cara (pequeños capilares rojizos) y aumento del tamaño de las glándulas parótidas.
Creado: 12 de enero de 2017