Tratamiento de la alergia al níquel
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 28 de junio de 2022
No existe un tratamiento de la alergia al níquel una vez que está desarrollada. A día de hoy no conocemos una forma de alterar la respuesta inmunológica anómala contra el níquel. Por ello, lo primero que se recomienda a alguien que sufre este problema es evitar el contacto directo en su vida diaria con este metal (piercings, joyas, relojes, hebillas, monedas, llaves, cigarrillos electrónicos…).
Lo que sí podemos hacer es tratar las lesiones de dermatitis por contacto cuando están producidas por el níquel. El tratamiento de los eczemas se basa en cremas y pomadas compuestas de corticoides a diferentes concentraciones y de diferente potencia. Estas cremas tienen un efecto antiinflamatorio local y hacen desaparecer los eczemas a los pocos días, dejando un leve cambio de color en la piel afectada que desaparece con el paso del tiempo. Los corticoides tópicos son seguros, pero se deben utilizar en periodos cortos de tiempo para evitar efectos secundarios locales.
Si la dermatitis es muy extensa o tenemos la sospecha de una dermatitis sistémica se pueden utilizar corticoides orales en forma de pastillas (prednisona). También tienen un efecto antiinflamatorio, en este caso global, y hacen que las lesiones de la piel se solucionen rápido. Al igual que pasa con las cremas, su uso debe ser limitado en el tiempo.
La fototerapia (exponer la piel a luz ultravioleta artificial de forma controlada) podría ser una alternativa para aquellas personas que no han observado ninunga mejora con la toma de esteroides.
El uso de cremas o lociones calmantes para el picor (sin antibióticos), o de compresas húmedas con el mismo fin, podría ser una opción casera a tener en cuenta para aliviar este molesto síntoma.
Cómo evitar el níquel en tu día a día
En cualquier caso, si a pesar de sufrir esta alergia quieres portar bisutería, apuesta por las joyas hipoalergénicas, fabricadas con metales como la plata de ley, el titanio, el oro amarillo de 18 quilates o el oro amarillo sin níquel, el platino, el acero inoxidable sin níquel, y en menor medida el acero inoxidable de grado quirúrgico (puede contener algo de níquel). Vigila las tuercas para cerrarlos no sean de níquel.
Para tu ropa, opta por cremalleras de plástico, igual con los botones o ganchos de sujetadores, así como correas de reloj de este mismo material o de cuero, los marcos de las gafas pueden ser de titanio o plástico, y utiliza guantes si no tienes más remedio que tocar algún elemento hecho de níquel. Si usas tabletas o teléfonos con superficies de metal cúbrelos con una funda sin níquel.
Fíjate también si tus cosméticos (como esmaltes de uñas) pudieran contener este metal antes de su uso. Y si vives en zona donde el agua pueda contener níquel aunque sea en pequeños niveles, deja correr el gripo unos segundos antes de llenar tu vaso o botella.
En casos de sensibilidad extrema, puedes evitar en lo posible la ingesta de alimentos que contengan níquel en su composición, como los enlatados, mariscos, soja, chocolate, té negro, trigo sarraceno, tomate, lechuga, espinacas, brócoli, espárragos, piña, higos, ciruelas, peras, algunos frutos secos (nueces, cacahuetes, almendras), lentejas, alubias o judías.
Creado: 1 de abril de 2015