Investigadores de la Universidad de California, en Estados Unidos, han desarrollado una nueva técnica para detectar los cambios que se producen en el cerebro antes de que una persona manifieste los primeros síntomas de demencia.
El deterioro cognitivo y la demencia son patologías con una alta prevalencia en la población de la tercera edad, y el incremento de la esperanza de vida implica que cada vez son más las personas que están en riesgo de desarrollar estas afecciones, que se han convertido en un importante problema de salud pública.
Un diagnóstico precoz del deterioro cognitivo podría permitir emplear tratamientos que ralentizaran el progreso de la enfermedad y disminuyeran sus síntomas
Los científicos todavía no han encontrado un tratamiento apropiado para curar enfermedades como el alzhéimer, que origina daños irreversibles en el cerebro, y aunque no todas las personas que tienen un deterioro cognitivo leve llegan a desarrollar demencia, muchas sufren limitaciones asociadas a este trastorno, que con frecuencia se agravan a medida que envejecen.
Un diagnóstico precoz podría permitir emplear tratamientos que ralentizaran el progreso de la enfermedad y disminuyeran sus síntomas, por lo que se realizan numerosas investigaciones con el fin de descubrir nuevos métodos diagnósticos que ayuden a los médicos a identificar a las personas con tendencia a padecer algún tipo de demencia antes de que aparezcan los primeros síntomas.
Los autores del nuevo estudio, publicado en Archives of Neurology, elaboraron un marcador químico (FDDNP) que se adhería a las acumulaciones de proteína TAU y a las placas de beta-amiloide que se forman en el cerebro de las personas que desarrollan demencia, y que es posible visualizar utilizando una técnica de imagen conocida como PET (tomografía por emisión de positrones).
Durante un periodo de dos años, los investigadores controlaron la evolución de un grupo de 43 personas de más de 60 años de edad sin síntomas de demencia -aunque 21 de ellas presentaban un deterioro cognitivo leve al comienzo del estudio-, empleando la técnica de imagen para observar las variaciones en el FDDNP y determinando su capacidad cognitiva a través de distintas pruebas.
Los científicos comprobaron que el deterioro cognitivo aumentaba a medida que lo hacían los acúmulos de TAU y las placas beta-amiloide, y que las zonas del cerebro más perjudicadas por este deterioro eran las que se asocian a procesos como la memoria, el razonamiento y las emociones. Observaron, además, que los individuos que al inicio de la investigación ya tenían un mayor nivel del marcador FDDNP presentaron un mayor riesgo de manifestar signos de demencia con posterioridad.
Según los investigadores, los cambios en el valor de este marcador contribuyen a predecir el deterioro cognitivo que sufrirá una persona al cabo del tiempo, y observar su evolución podría servir tanto para establecer una terapia preventiva, como para comprobar la eficacia de los tratamientos utilizados.
Actualizado: 1 de agosto de 2017