Tratamiento de un aneurisma
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Estas son las vías de tratamiento de un aneurisma existentes en función de la aorta afectada:
Tratamiento de una aneurisma de la aorta torácica
Los pacientes con aneurismas de aorta torácica, y especialmente aquellos con síndrome de Marfan e indicios de dilatación de la raíz aórtica, deben recibir tratamiento médico adicional con diuréticos o betabloqueantes, según sea necesario, con el fin de controlar la hipertensión, y someterse a una vigilancia periódica mediante ecografías seriadas cada seis meses aproximadamente.
En los pacientes con aneurismas sintomáticos de aorta torácica, y en aquellos en los que el diámetro de la aorta sugiere los 6 cm, se debe considerar el tratamiento quirúrgico con implantación de un injerto. En los casos con síndrome de Marfan se debe considerar la intervención quirúrgica en los aneurismas de más de 5 cm.
Tratamiento de una aneurisma de la aorta abdominal
La resección quirúrgica y la sustitución por un injerto está indicado en un aneurisma de aorta abdominal de cualquier tamaño que se expanda con rapidez o produzca síntomas. Si son asintomáticos se recurre a cirugía cuando el diámetro supera 5 cm. Excepto en aquellos casos en que exista riesgo quirúrgico alto para el paciente, la intervención puede estar recomendada en diámetros entre 4 o 5 cm. En los aneurismas pequeños (< 5 cm), y debido a que la tendencia natural es hacia el crecimiento, se debe realizar un seguimiento periódico no invasor, con ecografías seriadas y control de la HTA con diuréticos y betabloqueantes. Existe la posibilidad de colocar una endoprótesis percutánea a ciertos pacientes con aneurisma de aorta abdominal infrarrenal, con resultados al parecer favorables.
En los candidatos a cirugía es necesario realizar una evaluación médica y cardiaca cuidadosa (seguida del tratamiento correcto de la afección asociada).
¿Qué riesgo conlleva la cirugía en el tratamiento de un aneurisma?
La enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, la enfermedad pulmonar, la diabetes y la edad avanzada, son factores que aumentan el riesgo de complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica.
Con una minuciosa valoración preoperatoria y cuidados postoperatorios adecuados, la mortalidad operatoria se aproxima al 1-2%. Tras la rotura aguda, la mortalidad de la cirugía de urgencia suele ser superior al 50%.
Complicaciones de un aneurisma
Las complicaciones son las mismas a nivel general para los dos tipos de aneurismas, aneurismas de la aorta torácica y de la aorta abdominal, como son la formación de trombos con la consecuencia de embolias periféricas, la compresión de estructuras vecinas, la disección de la aorta, y la más peligrosa, la rotura, que da lugar a una grave hemorragia, o a un taponamiento cardiaco si rompe y se acumula la sangre en el pericardio.
La dilatación aneurismática de la aorta ascendente puede provocar además insuficiencia cardiaca por insuficiencia aórtica, es decir, por una dilatación de la válvula aórtica que comunica el ventrículo izquierdo con la aorta. También puede producir la compresión de la vena cava superior, lo que daría síntomas de congestión de la cabeza, el cuello y los brazos, al dificultarse el retorno venoso de la sangre al corazón.
Creado: 19 de julio de 2010