Fumar incrementa las posibilidades de desarrollar artritis reumatoide
10/11/2011
El consumo de tabaco está involucrado en el desarrollo de alrededor del 20% de los casos de artritis reumatoide, según un estudio reciente realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), aunque hace ya 20 años que se relacionó por primera vez al tabaquismo con el riesgo de desarrollar esta enfermedad crónica, que provoca la inflamación de las articulaciones y los tejidos vecinos, y tiene como consecuencia el dolor, la inflamación y la rigidez de dichas articulaciones que, además, pierden movilidad y se deforman.
Otra consecuencia nefasta del consumo de tabaco es que empeora el pronóstico de esta patología, según un estudio español que se ha presentado en el congreso anual del American College of Rheumatology (ACR), celebrado en Chicago (Estados Unidos), en el que los investigadores observaron que los pacientes fumadores respondían peor a los medicamentos para tratar la artritis reumatoide y presentaban, además, mayor destrucción articular. Varios estudios al respecto han demostrado que el tabaco reduce la efectividad de fármacos como el metotrexato y de terapias biológicas como los anti-TNF alfa.
Los investigadores observaron que los pacientes fumadores respondían peor a los medicamentos para tratar la artritis reumatoide y presentaban, además, mayor destrucción articular
El estudio se realizó en el Servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona y en él participaron 158 pacientes que habían manifestado recientemente artritis reumatoide y a los que se practicó un seguimiento durante dos años para evaluar la influencia del consumo de tabaco sobre el progreso de la enfermedad y la evolución del daño en las articulaciones. La investigación se sirvió de diversos parámetros clínicos y analíticos, y empleó cuestionarios para analizar la incapacidad de los pacientes. Además, los investigadores midieron el deterioro de las articulaciones realizando radiografías a los pacientes al inicio de la enfermedad, y comparándolas con las obtenidas en estos mismos pacientes tras dos años de terapia antirreumática.
Los científicos comprobaron que los fumadores sufrieron un incremento de la destrucción articular y que el consumo de tabaco estaba asociado a esta progresión, por lo que consideran que el tabaco ocupa un lugar fundamental entre los factores ambientales que influyen en la aparición o empeoramiento de la enfermedad.
La doctora Virginia Ruiz-Esquide, de la Unidad de Artritis del Servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona, y coautora del estudio insiste en la necesidad de abandonar el hábito tabáquico, por ser un factor de riesgo prevenible y porque, una vez diagnosticada la enfermedad, esta puede evolucionar peor.
Fuente: Sociedad Española de Reumatología (SER)
Actualizado: 22 de febrero de 2019