Bartolinitis
La bartolinitis es un proceso muy molesto que afecta a las mujeres, habitualmente jóvenes, por la inflamación de unas glándulas genitales que segregan moco para lubricar la vagina. Conoce qué medidas tomar.

Qué es la bartolinitis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 24 de abril de 2024

Se conoce como bartolinitis a la inflamación de las conocidas como glándulas de Bartolino. Son dos glándulas localizadas a los lados de la vagina, entre ésta y los labios mayores. Tienen un tamaño de medio centímetro y segregan moco a través de un conducto de un par de centímetros para lubricar la entrada de la vagina. Las glándulas de Bartolino se describieron por primera vez en 1677 por un anatomista holandés llamado Caspar Bartholin, de ahí su nombre.

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Estas glándulas se pueden inflamar sobre todo en las mujeres en edad fértil más jóvenes por obstrucción del conducto por el que sale el moco. A veces no sólo se forma un quiste por la inflamación de la glándula y el acúmulo de moco, sino que si entran bacterias en él, éste se puede infectar y formar un absceso o bulto muy doloroso por acumulación de líquido con olor desagradable en el interior de los labios mayores, produciendo unas intensas molestias en la zona. Por lo general, de aparecer, estos quistes y abscesos se presentan a menudo después del inicio de la pubertad y su incidencia disminuye después de la menopausia.

Glándulas de bartolino

Los síntomas de la bartolinitis pueden incluir dolor, hinchazón o sensibilidad en la zona de la vulva, fiebre y malestar general, dispareunia, irritación urinaria y dolor pélvico vago. En algunos casos, puede observarse un aumento de tamaño notable en uno de los lados de la abertura vaginal, de entre 2 y 4 cm. Si la glándula se infecta, el área puede estar caliente, enrojecida y dolorosa al tacto.

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Cuando se produce una inflamación de las glándulas de Bartolino en mujeres mayores de 40 años, sobre todo si ésta no es dolorosa, y el bulto va aumentando de tamaño de forma progresiva, es cuando hay que consultar con el ginecólogo de forma invariable para la realización de una biopsia para descartar que haya un tumor maligno. Por suerte esto es poco frecuente y la inmensa mayoría de los casos son situaciones benignas que se resuelven sin complicaciones. Así, se estima que los quistes de la glándula de Bartolino representan el 2% de todas las visitas ginecológicas anuales.

Afortunadamente es una situación de diagnóstico bastante sencillo y con un tratamiento en general bastante eficaz, aunque depende de la gravedad de la inflamación y de si hay infección. A veces unas simples medidas terapéuticas en el propio domicilio, como baños de asiento con agua tibia, pueden ser suficientes en los casos más sencillos; pero otras veces, cuando hay infección, puede ser necesario recurrir al uso de técnicas quirúrgicas locales de drenaje del absceso o intervención quirúrgica para eliminar el quiste, y al uso de antibióticos si hay una infección bacteriana.

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