Bartolinitis
La bartolinitis es un proceso muy molesto que afecta a las mujeres, habitualmente jóvenes, por la inflamación de unas glándulas genitales que segregan moco para lubricar la vagina. Conoce qué medidas tomar.

Síntomas de la bartolinitis

Síntomas de la bartolinitis

A veces la bartolinitis puede causar un intenso dolor, hasta el punto de que puede impedir a la paciente sentarse, o incluso caminar.

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Las pacientes que tienen una bartolinitis no infectada (es decir, un quiste de Bartolino) puede ser que solamente tengan inflamación localizada de los labios mayores, que puede ser dolorosa o no. Se puede palpar el bulto que forma la glándula obstruida a uno de los lados de la vagina (a las 4 o a las 8 si se mira la vulva como si fuera la esfera de un reloj), de pequeño tamaño inicialmente, y que puede o no ir aumentando de tamaño de forma progresiva.

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Si se trata de una bartolinitis infecciosa (un absceso, con pus en su interior) también hay presencia de un bulto inflamado en el lateral de la entrada de vagina. Además en este caso sí que hay presencia de dolor que puede ser muy intenso, tanto como para impedir a la paciente sentarse o incluso caminar. Es típica la dispareunia o dolor con el coito, llegando a ser imposible llevar a cabo este acto por el intenso dolor desencadenado durante el mismo.

En los casos en los que la bartolinitis es infecciosa puede haber fiebre alta, por encima de los 38ºC. La mujer puede tener sensación de malestar general y a veces la fiebre se puede acompañar de escalofríos o tiritona. Hay ocasiones en las que se produce un alivio espontáneo del dolor y salida de pus. Esta situación es muy sugestiva de una ruptura espontánea del absceso.

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Cuando la glándula de Bartolino se inflama de forma progresiva y no dolorosa en una mujer postmenopáusica sin que ésta presente ningún otro síntoma, es cuando hay que sospechar que se pueda tratar de un proceso maligno, es decir, de un cáncer de la glándula, aunque sea una situación poco frecuente. Es por ello que siempre que aparezca un bulto en los genitales haya que consultar con el médico, aunque no haya dolor ni fiebre. La vergüenza no debe ser un impedimento para velar por la salud de una misma.

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