Bocio
El bocio es un aumento del tamaño de la glándula tiroides, que puede causar tos, ronquera, o dificultad para tragar o respirar. Conoce sus causas y tratamiento, y qué puedes hacer para prevenir su aparición.

Causas del bocio

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Aunque son muchas las causas que pueden producir la aparición de bocio, el mecanismo concreto por el que se produce el aumento de tamaño del tiroides continúa siendo desconocido. Se ha comprobado que la mayoría de los pacientes tienen alteraciones sutiles de la formación de hormona. Esta incapacidad del tiroides para producir o secretar hormonas, junto a un nivel normal o alto de TSH (hormona sintetizada en la glándula hipófisis que estimula el tiroides para formar hormona tiroidea), llevarían a un agrandamiento de la glándula en un intento de compensación.

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Las principales causas conocidas de bocio son:

  • Déficit de yodo: es la causa de bocio más frecuente. Se calcula que en torno a 1.000 millones de personas en el mundo se encuentran en riesgo de padecer déficit de yodo, al vivir en zonas donde el porcentaje de bocio en la población general es mayor del 10%.
  • Inflamación del tiroides por diferentes causas: tiroiditis, infecciones, radiación.
  • Bociógenos (sustancias que pueden favorecer la aparición de bocio): aniones monovalentes, tabaco, litio, yodo, sulfonilureas, salicilatos, aceites de soja, de girasol, de nueces, de cacahuete…
  • Enfermedad tiroidea autoinmune: tiroiditis de Hashimoto y enfermedad de Graves-Basedow.
  • Alteraciones congénitas (es decir, que ya están presentes desde el nacimiento).
  • Enfermedades infiltrativas: tiroiditis de Riedel, amiloidosis, hemocromatosis.
  • Tumores benignos y malignos.
  • Pubertad, embarazo.
  • Otras causas: acromegalia, anticonceptivos orales, mola hidatiforme, etcétera.

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Bocio, factores de riesgo

Epidemiología del bocio

La prevalencia del bocio es variable en función de cada zona geográfica. En las zonas endémicas la prevalencia es mayor (más del 10% de la población tiene bocio, debido generalmente a un déficit de yodo), mientras que en las zonas no endémicas la prevalencia es más baja (oscila entre un 3-7%).

El bocio es más frecuente en las mujeres, probablemente por la mayor prevalencia de enfermedades autoinmunes y el aumento de las necesidades de yodo en la gestación y de estrógenos durante la adolescencia. Por último, hay que recalcar que el tiroides aumenta de tamaño con el paso de los años, de tal modo que sobre la octava década de la vida muchas personas tienen bocio por la presencia en el tiroides de uno o varios nódulos tiroideos.

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