Prevención del bocio
Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias
Actualizado: 28 de junio de 2022
En cuanto a la prevención del bocio, se pueden llevar a cabo diferentes acciones para evitar su aparición. En primer lugar, la medida más importante consiste en aportar los requerimientos mínimos de yodo para reponer las pérdidas urinarias. La OMS recomienda la ingesta de 100-150 microgramos al día o incluso 200 microgamos al día durante el embarazo o lactancia para prevenir trastornos producidos por el déficit de yodo. El contenido de yodo de los alimentos en general es bajo, siendo el pescado y la leche los más ricos en esta sustancia. Por eso, una opción puede ser por ejemplo consumir pescado de mar entre 2 y 3 veces por semana. No obstante, en países desarrollados la principal fuente de yodo es la sal.
En determinadas regiones donde el agua corriente no aporta una cantidad suficiente de yodo, se realizan campañas para el consumo de sal yodada al menos tres veces por semana. Conviene aclarar que la sal yodada tiene la misma función y sabor que la sal común y puede usarse en las mismas cantidades al cocinar.
Otra medida que se puede realizar es evitar bociógenos como fármacos (antitiroideos, sulfonilureas, amiodarona, expectorantes, isoniacidas , salicilatos…), la harina de soja, o el aceite de girasol.
En situaciones determinadas bien por el bajo aporte de yodo bien por predisposición familiar a este problema, debe realizarse un análisis periódico de la función del tiroides mediante la determinación de las hormonas T4 y TSH.
Creado: 22 de febrero de 2016