Bronquiectasias
Las bronquiectasias son dilataciones anormales de los bronquios asociadas a la inflamación e infección persistentes de la vía aérea, y se caracterizan por tos crónica y expectoración mucopurulenta abundante. Conoce cómo se combaten.

Tratamiento de las bronquiectasias

Hombre curado de bronquiectasias

La fisioterapia respiratoria y los antibióticos son la base del tratamiento de las bronquiectasias.

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El tratamiento de las bronquiectasias tiene como objetivos controlar las infecciones y las secreciones bronquiales, aliviar la obstrucción de las vías aéreas, y prevenir las posibles complicaciones que puedan aparecer.

Las dos medidas más importantes en el tratamiento de las bronquiectasias son la fisioterapia respiratoria y los antibióticos.

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  • Fisioterapia respiratoria: su objetivo principal es favorecer que se eliminen las secreciones respiratorias, y reducir la resistencia de la vía aérea, disminuir el esfuerzo respiratorio, mejorar el intercambio gaseoso, incrementado la tolerancia al ejercicio y mejorando la calidad de vida. Hay técnicas pasivas, realizadas por un fisioterapeuta, y técnicas activas, que realiza el propio paciente sin ayuda de otra persona, empleando o no dispositivos mecánicos. Algunas de las técnicas más utilizadas son las siguientes:
    • Drenaje postural: el propósito de esta medida es movilizar las secreciones con la ayuda de la gravedad para poder expulsarlas al exterior. La posición que debe adoptar el enfermo depende de la localización de la lesión. Además, pueden usarse expectorantes o mucolíticos de diversos tipos (los mucolíticos son sustancias que disminuyen la viscosidad de mocos y flemas, fluidificándolas y facilitando su expulsión).
    • Ejercicios de expansión torácica: consisten en realizar inspiraciones máximas, mantener el aire retenido durante unos segundos y, posteriormente, realizar una espiración lenta pasiva. En los niños más pequeños se recurre a la risa y el llanto. Se pueden emplear incentivadores respiratorios para realizar ejercicios de expansión torácica. Si no se pueden conseguir, se puede recurrir a objetos más cotidianos como globos.
    • Percusión torácica: consiste en el golpeteo repetido con la punta de los dedos (en lactantes) o la mano hueca (en niños mayores y adultos) sobre las distintas zonas del tórax, para ayudar así a movilizar las secreciones. Esta medida se combina con el drenaje postural.
  • Antibióticos: en la actualidad solo se utilizan en las crisis de empeoramiento de los síntomas. Los antibióticos más usados son la amoxicilina-clavulánico y las cefalosporinas como la ceftriaxona. A veces se requiere hasta tres semanas de tratamiento para un control adecuado de la enfermedad. En casos muy evolucionados y que han recibido muchos tratamientos, y en aquellos en los que no se controle la fiebre y persistan los signos de infección, el cultivo de esputo puede permitir una elección más adecuada del antibiótico. Los broncodilatadores (usados generalmente en forma de aerosoles) están indicados para tratar la reactividad bronquial.
    Ejercicios de respiración
  • Cirugía: solamente está indicada cuando las bronquiectasias estén bien localizadas y sean de difícil control, causando hemoptisis (expulsión de sangre con la tos) y neumonías de forma frecuente y repetitiva. Otra opción quirúrgica en algunos pacientes muy concretos es el trasplante pulmonar.

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A modo de resumen se puede decir que el tratamiento de las bronquiectasias se basa en las siguientes actuaciones: el tratamiento de la causa si ésta se conoce; de la colonización o infección de los bronquios por microorganismos que pueden causar enfermedad, especialmente Pseudomonas aeruginosa (antibióticos); el tratamiento de las secreciones respiratorias (fisioterapia respiratoria y mucolíticos); de la inflamación (glucocorticoides) y la hiperreactividad bronquial (glucocorticoides y broncodilatadores); de otros posibles síntomas como la desnutrición; de las exacerbaciones (antibióticos, eliminación de secreciones y broncoespasmo asociado); de las complicaciones (hemoptisis, insuficiencia respiratoria y tapones mucosos); y, en caso de ser necesario, en la intervención quirúrgica (cirugía o trasplante pulmonar).

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