Diagnóstico de la bronquitis
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La bronquitis aguda suele estar asociada a infecciones víricas de poca importancia que suelen curarse por sí solas (hay que recordar que la mayoría de las infecciones por virus se curan espontáneamente en 4 o 5 días; y que no está recomendado usar antibióticos, ya que son ineficaces frente a los virus). Por ello, al desaparecer la infección, desaparecerá la bronquitis.
En estos casos no es necesaria la realización de pruebas, salvo en epidemias como en los últimos años, donde se recogen muestras de mucosa faríngea para detectar virus de la gripe A o B, en pacientes con mala evolución o grupos de riesgo como los EPOC, asmáticos o embarazadas. En algunos casos y ante la mala evolución de algunos pacientes se puede realizar una radiografía de tórax para comprobar que no se trate de una neumonía.
En el diagnóstico de bronquitis crónica, la historia clínica es muy importante. Se debe tener en cuenta la definición: tos con producción de moco más de 3 meses, durante 2 años al menos. Por ello, el médico hará preguntas encaminadas a conocer desde cuándo se sufre el problema. También preguntará por otros síntomas, como la dificultad respiratoria, la opresión en el pecho, el hábito de fumar, o la posibilidad de haber respirado vapores irritantes para las vías aéreas.
El médico puede solicitar placas de rayos X del pecho, para comprobar que el problema no haya afectado a los pulmones, o para descartar que se deba a los propios pulmones; e incluso análisis de sangre, para desestimar otras patologías de origen pulmonar o cardíaco que presentan síntomas muy parecidos a la bronquitis.
La medición de oxígeno en sangre se puede realizar mediante una pulsioximetría (medición del oxígeno en los capilares sanguíneos del pulpejo de los dedos con una pinza específica) o con una gasometría (extracción de sangre directamente de la arteria).
Para el determinar la afectación en la función respiratoria de la bronquitis crónica se realiza una espirometría, que mide la capacidad pulmonar del individuo, así como la severidad de su enfermedad. Esta prueba define el EPOC y el asma, con unos parámetros concretos, y sirve para el seguimiento en la evolución de la enfermedad. Podríamos decir que la bronquitis crónica es un conjunto de síntomas pulmonares o síndrome, que se constatan con una espirometría que pone de manifiesto el deterioro de la función respiratoria y el grado de obstrucción (EPOC).
Creado: 21 de julio de 2010