Diagnóstico de bruxismo
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 29 de julio de 2022
El paciente puede desconocer que sufre bruxismo, y normalmente lo descubre en una revisión dental rutinaria (a veces acude al dentista porque comienza a sentir un dolor agudo en la cara o el cuello), o porque alguna persona de su entorno (especialmente si duerme acompañado) capta el ruido que produce al rechinar los dientes y le advierte. La exploración clínica y un estudio radiográfico confirmarán el diagnóstico de bruxismo.
Así, se considera que la primera sospecha la puede establecer el odontólogo al revisar los signos característicos de desgaste de la dentadura y la hipertrofia de los músculos maseteros, situados a ambos lados de la mandíbula y que son los encargados de apretar la dentadura. Deben quedar excluidos otras patologías que pudieran generar un desgaste dentario similar. O también, el uso de férulas de descarga pueden poner de manifiesto determinados signos característicos, una vez revisada tras su uso durante un período de tiempo.
Por otro lado, los criterios clínicos han sido expuestos dentro de los síntomas, pero cabe recordar que el dolor en la masticación, el rechinar de dientes referido por alguna persona que convive con el afectado y las cefaleas matutinas suelen ser el hilo conductor que hace pensar al paciente o al especialista que se trata de bruxismo.
En casos muy concretos se puede recurrir a algún método diagnóstico algo más complejo y que se realiza en centros médicos. Por un lado, la realización de un electromiograma de la musculatura masticadora puede demostrar tanto la intensidad como la frecuencia de eventos bruxistas durante el día y la noche. En los últimos años se han desarrollado incluso dispositivos portátiles para realizar estas mediciones en el ámbito domiciliario, aunque con un coste elevado.
Finalmente, debe quedar reflejado que la prueba de máxima garantía para el diagnóstico del bruxismo es la polisomnografía, es decir, un registro combinado con audio y video de las fases del sueño, de la actividad eléctrica cerebral, actividad muscular de la cara y de los ojos, etcétera, que se realiza en el medio hospitalario y, por este motivo, queda relegada a determinados casos muy concretos.
Creado: 23 de diciembre de 2016