Causas de la bulimia y factores de riesgo
Bióloga
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 28 de junio de 2022
Aunque no se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este trastorno de la conducta alimentaria (TCA), se cree que existen varios factores que pueden desencadenar la bulimia nerviosa. Por un lado, numerosos estudios científicos localizan genéticamente el trastorno en el cromosoma 10 de las personas afectadas, con una alteración en los niveles o en la actividad de sustancias neurotransmisoras en ellas (serotonina, noradrenalina, dopamina). Por otro, suele haber una susceptibilidad en estos enfermos demostrada seguramente a través de otros casos familiares o circunstancias determinadas en su ambiente personal.
Una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico, lo que lleva a realizar dietas restrictivas, que no siempre producen los resultados deseados, alternadas con episodios de consumo incontrolado de comida, que provocan un desequilibrio metabólico. El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a consecuencia del atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas como el vómito autoinducido y el abuso de laxantes.
El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza considerados lideales por la sociedad, y por la necesidad de ser delgado y atractivo para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito indispensable para tener éxito.
Otra causa, presente también en el trastorno de anorexia, es una falsa percepción de la imagen corporal: el enfermo se ve gordo aunque su peso sea normal para su edad y constitución.
Factores de riesgo de la bulimia
La bulimia nerviosa constituye un grave problema de salud pública, porque afecta a más del 2% de las adolescentes de entre 14 y 18 años, y a los varones en una proporción cerca de diez veces menor, y varios estudios indican que la enfermedad sigue incrementándose en la actualidad. Se suele infravalorar el problema, ya que los pacientes tienden a ocultar los síntomas y a no buscar ayuda, por lo que muchos enfermos no han sido diagnosticados.
Entre los factores de riesgo para desarrollar la bulimia que debemos vigilar destacan:
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Hacer dieta. En algunos casos, al dejar de ingerir carbohidratos, la persona se priva de un importante supresor del apetito, lo que hace que sienta un deseo incontrolable de comer. Además, las dietas estrictas pueden afectar a ciertos neurotransmisores cerebrales como la serotonina, lo cual predispone a la bulimia. Este factor dietético en muchas ocasiones viene precedido de situaciones de sobrepeso, tendencia a engordar, siendo este el recurso para iniciar una conducta bulímica.
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La influencia social. El cine, la televisión, la publicidad, la moda… transmiten constantemente mensajes que indican que es necesario estar delgado para ser feliz y tener éxito. Para conseguir ser aceptados socialmente, cada vez más jóvenes tratan de modificar su apariencia física, utilizando métodos que ponen en peligro su salud. Es una insatisfacción por la imagen corporal.
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La incorporación de la mujer al mundo laboral supone un cambio en los hábitos alimenticios de las familias, al faltar una persona que establezca los horarios de las comidas y vigile su cumplimiento. De esta forma, los adolescentes están menos controlados y comen, o dejan de comer, sin el conocimiento de sus padres.
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En las personas más vulnerables, problemas emocionales como el divorcio de los padres, el fallecimiento de un ser querido, la sobreprotección familiar, o antecedentes de depresión y otros trastornos mentales en la familia, pueden ser factores desencadenantes de un desorden alimentario.
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Por otro lado, una excesiva preocupación por la figura y el peso puede ser un desencadenante de bulimia, así como la baja autoestima y el perfeccionismo.
Creado: 14 de noviembre de 2016