Prevención del cáncer de mama
Médico de Familia
Actualizado: 23 de octubre de 2023
La prevención del cáncer de mama se puede clasificar como primaria o secundaria. En el primer caso, se trata de adoptar un estilo de vida saludable, eliminando todos aquellos hábitos perjudiciales para la salud como el sedentarismo, fumar o beber alcohol, o abusar de alimentos ricos en grasas o azúcar.
Una alimentación equilibrada, basada en la dieta mediterránea (vegetales, frutas, alimentos integrales, legumbres…), evitar el sobrepeso, no exponerse al sol sin protección, y realizar una actividad física moderada de forma regular, son los mejores consejos para disminuir el riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer, también el de pecho.
Aunque algo más díficil, hay que evitar en lo posible la exposición a factores medioambientales que pueden aumentar el riesgo de desarrollar tumores de mama, como la radiación, la polución industrial, ciertos pesticidas, o algunos tejidos sintéticos.
En el caso del cáncer de mama, la prevención secundaria para evitar el desarrollo de estos tumores se basa en un diagnóstico precoz, que detecte la enfermedad en sus primeros estadios para establecer cuanto antes el tratamiento más adecuado. En septiembre de 2022 la Unión Europea presentó un nuevo enfoque para ayudar a los Estados miembros a intensificar el cribado del cáncer, que se hizo público en el BOE el 9 de diciembre de 2022 y que indica: "se recomienda el cribado del cáncer de mama con mamografía en mujeres de entre 50 y 69 años. Se propone un límite de edad inferior de 45 años y un límite superior de 74. Se sugiere el uso de tomosíntesis digital de mama o de mamografía digital. Debe considerarse el uso de imágenes por resonancia magnética (IRM) cuando sea apropiado desde el punto de vista médico".
Otras alternativas, cuando se trata de cáncer de mama hereditario, son administrar quimioterapia preventiva, o extirpar las glándulas mamarias sanas –lo que se conoce como mastectomía profiláctica– para disminuir al máximo las posibilidades de que se desarrolle un tumor en este tejido.
Mutación genética y cáncer
En la prevención del cáncer de mama existen casos especiales, considerados de alto riesgo, que son los de pacientes en las que se ha determinado la presencia de una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2, que indica que tienen un alto porcentaje de probabilidades –entre un 60% y un 84%– de desarrollar cáncer a lo largo de su vida. Además, esta alteración genética también aumenta la posibilidad de que la neoplasia aparezca a una edad más temprana.
En las personas que tienen este gen mutado, explica el doctor Raúl Márquez, oncólogo en MD Anderson Cancer Center de Madrid, los tipos de cáncer más frecuentes son los de mama y ovario, pero también tienen predisposición a otro tipo de tumores como el melanoma o el cáncer de colon, aunque en menor proporción.
A estas pacientes, señala el Dr. Márquez, es necesario someterlas a una estrecha vigilancia y realizarles pruebas como la mamografía, la ecografía de mamas, o la resonancia magnética de forma periódica. Para minimizar el alto riesgo que corren –continúa el oncólogo–, en determinados casos también estaría justificado adoptar otras medidas como la administración de quimioterapia preventiva o quimioprofilaxis, e incluso la mastectomía profiláctica (la extirpación de las glándulas mamarias sanas).
El doctor Márquez precisa que "heredar un gen mutado que te predispone al cáncer es algo relativamente raro e infrecuente". Pero, para comprobarlo, añade este experto, "las pacientes que han sufrido un cáncer de mama u ovario, o tienen antecedentes familiares cercanos con este tipo de tumores, deben hablar con el oncólogo para que éste decida si cumplen los criterios que aconsejen derivarlas a una Unidad de Consejo Genético".
Los factores que el oncólogo tiene en cuenta para derivar a un paciente a una de estas Unidades de Consejo Genético son que se hayan dado varios casos de cáncer de mama u ovario en la misma familia –tres o más– o que, si se ha producido un único caso, éste presente una serie de características inusuales, como por ejemplo cuando un varón ha tenido cáncer de mama. En la Unidad se realizan análisis genéticos –mediante análisis de sangre o haciendo una biopsia a un tumor extirpado– para comprobar si el paciente presenta los genes mutados que favorecen el desarrollo de un cáncer.
El doctor Márquez insiste en que el porcentaje global de cánceres hereditarios es pequeño –alrededor del 5%– y que, de éstos, el cáncer de mama y ovario representan solo otro porcentaje, por lo que son pocas las personas BRCA positivo.
Qué es la mastectomía profiláctica
La mastectomía profiláctica consiste en la extirpación quirúrgica de las glándulas mamarias sanas, con el objetivo de prevenir el desarrollo de un tumor canceroso en este tejido, y se estima que reduce entre un 90 y un 95 por ciento las posibilidades de sufrir un cáncer de mama.
Se trata de una medida únicamente recomendada a las personas que, como la famosa actriz estadounidense Angelina Jolie, tienen mutado el gen BRCA. "Es una decisión que tiene que ser muy consensuada y convenida con el genetista y con el oncólogo", señala el doctor Raúl Márquez.
La mastectomía profiláctica es diferente a la que se practica cuando ya se ha desarrollado un tumor. En este caso, se suele dejar una pequeña cantidad de tejido mamario, además de la piel y el complejo areola pezón.
Por el contrario, la intervención que se realiza cuando ya ha aparecido el cáncer es más radical, y muchas veces se extirpa la mama entera, aunque esto depende de los casos, ya que en la actualidad se tiende cada vez más a una cirugía conservadora.
En opinión del Dr. Márquez, es conveniente que cualquier persona a la que se le determine un riesgo tan alto como el de Angelina Jolie se someta a este tratamiento quirúrgico. "No todas las personas que han tenido cáncer de mama o tienen antecedentes familiares de este tumor es porque tengan este gen mutado –puntualiza el oncólogo–, pero, si tienen el gen mutado, hay que tomar medidas radicales".
Creado: 27 de mayo de 2013