Cáncer de testículo
La incidencia del cáncer de testículo está aumentando en los últimos años, sobre todo entre varones de 15 a 35 años, aunque se trata de un tumor ‘curable’. Conoce sus características, cómo detectarlo y cómo se trata.

Tratamiento del cáncer de testículo

Por: Dr. Juan José Tafalla García

Oncólogo médico, Hospital Sanitas La Zarzuela de Madrid

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

La primera maniobra o tratamiento de elección para todos los tumores germinales de cáncer de testículo es la orquiectomía (extirpación del testículo) reglada por vía inguinal. En enfermedades muy avanzadas estaría justificado iniciar el tratamiento de quimioterapia y posteriormente esta cirugía. La orquiectomía radical por vía inguinal (nunca escrotal), se usa tanto para el control de la enfermedad como para determinar la histología.

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Dada la fiabilidad de los marcadores tumorales (MT) y el patrón de comportamiento metastásico de estos tumores, la mayoría de los expertos no recomiendan realizar una biopsia ante la sospecha de un tumor de testículo y aconsejan cirugía radical de entrada. La biopsia se deja para situaciones inusuales, como una masa testicular sin elevación de MT o presencia de localizaciones atípicas (por ejemplo: hueso).

Tratamiento del Seminoma

En Estadio I

Prácticamente el 80% de los pacientes se curan con la orquiectomía. Posteriormente se hace un seguimiento con determinaciones de marcadores tumorales y pruebas de imagen. La tasa de recurrencia es del 15% en los 6-12 primeros meses, pero se requiere un seguimiento más prolongado, ya que hasta un 20% pueden recidivar más allá de los dos años y se consiguen rescatar con radio o quimioterapia.

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Hay un subgrupo de pacientes con estadio I cuya probabilidad de recaída es mayor (tamaño tumoral mayor de 4 cm e invasión de la rete testis). En estos casos, uno o dos ciclos de quimioterapia (carboplatino con un AUC de 7) han demostrado el mismo efecto beneficioso de la radioterapia con menos efectos secundarios.

Enfermedad diseminada

La terapia de elección para ganglios retroperitoneales es la radioterapia, obteniendo supervivencias a los 5 años de entre el 89 y 95% según el estadio del paciente.

La quimioterapia se deja para enfermedad más voluminosa o recidivas tras radioterapia, siendo curativa en cerca del 90% de los casos (esquemas como Etopósido-Platino (EP) o añadiendo Bloemicina (BEP)).

Tratamiento del no seminoma

En Estadio I

En el tratamiento de este tipo de cáncer de testículo se impone el seguimiento dada la incorporación del TAC y los marcadores tumorales que detecta recidivas en fases precoces y, sobre todo, ya que la quimioterapia consigue unas tasas de curación muy alta; la tasa de recidivas puede ser de hasta el 30%, y más frecuentemente en los 18 primeros meses, siendo el retroperitoneo la localización más frecuente (78%) y el pulmón en un 30% de los casos. La afectación de otros órganos es más rara.

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La presencia de invasión vascular es factor de mal pronóstico, aumentado el riesgo de recidiva hasta el 48%, así como la presencia de componente de carcinoma embrionario. Estos pacientes son candidatos a quimioterapia (BEP) con tasas de curación superiores al 95%.

Tratamiento del cáncer de testículo

La linfadenectomía retroperitoneal se realiza únicamente como método de identificación de micrometástasis (hasta un 25%) dado lo elevados falsos negativos del TAC. Tanto el número como el tamaño de los  ganglios son factores pronósticos.

Enfermedad diseminada

El tratamiento de elección en estos casos es la quimio (BEP por 3 ciclos), obteniendo más de un 90% de curaciones en pacientes de buen pronóstico y cerca del 80% en los de pronóstico intermedio. Lamentablemente el grupo de mal pronóstico obtiene solo un 50% de curaciones a los 5 años.

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Criopreservación

Se debe ofrecer la preservación de esperma en todos los pacientes con cáncer de testículo que lo deseen, en principio incluso antes de empezar con pruebas de imagen para evitar la exposición a radiaciones, aunque hay que tener en cuenta que:

  • La mayoría de los tumores testiculares se asocian a disgenesia gonadal y hasta un 60% de los pacientes tienen niveles bajos de espermatozoides y puede bajar tras la orquiectomía.
  • Este esperma no parece que tenga mayor sensibilidad a la criopreservación.
  • Las nuevas tecnologías en reproducción permiten embarazos de éxito hasta en el 60% de los pacientes y no se han observados malformaciones congénitas.
  • No todos los pacientes lo desean.

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