Uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres padecerá cáncer a lo largo de su vida. Existen más de 200 tipos distintos de tumores, con unas causas y características particulares, y unos síntomas, pronóstico y tratamiento diferentes. Conoce medidas para prevenirlo.
Quimioterapia: cómo actúa, toxicidad y efectos secundarios
Del Servicio de Oncología del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, de Madrid
Actualizado: 28 de junio de 2022
Qué es y cómo surgió la quimioterapia
La quimioterapia es una serie de fármacos que actúan en las diferentes fases del ciclo celular (modo como se reproducen las células), con el objeto de conseguir la muerte celular, a ser posible sólo de las células malignas, y que se puede administrar como monoterapia empleando un solo fármaco, o combinando varios agentes antineoplásicos con diferentes mecanismos de acción (poliquimioterapia), lo que permite reducir la dosis individual de cada medicamento aumentando al mismo tiempo la potencia terapéutica de su combinación.
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El primero de los fármacos quimioterápicos, la mostaza nitrogenada, fue un producto utilizado en la guerra química durante la Segunda Guerra Mundial. La exposición casual de los marineros al gas mostaza condujo a la observación de que los agentes alquilantes causaban muerte celular en la médula ósea, por lo que se utilizó en enfermedades como los linfomas. La remisión de las leucemias infantiles y de la enfermedad de Hodgkin con quimioterapia combinada en 1960 demostró que los cánceres humanos podían ser tratados con drogas, comenzando así la historia de la quimioterapia como tratamiento.
Existen varias formas de utilizar la quimioterapia, y si se tiene en cuenta la finalidad con la que se administra se puede clasificar en:
Como terapia complementaria (adyuvante) a los tratamientos locales (la cirugía o la radioterapia). Se suele administrar tras el tratamiento quirúrgico con el objetivo de reducir la incidencia de una diseminación a distancia del tumor original.
Como tratamiento neoadyuvante en pacientes con tumores localizados. Se utiliza como tratamiento previo a la cirugía y la radioterapia, con intención de reducir el tamaño tumoral y favorecer el conocimiento de la sensibilidad del tumor a los fármacos utilizados, y puede ayudar a mejorar los resultados de la cirugía y la radioterapia.
Como tratamiento de inducción o conversión en aquellos pacientes con enfermedad avanzada. Se utiliza como tratamiento previo a otros tratamientos locales, con el objetivo de disminuir la cantidad de enfermedad, o permitir que sea operable cuando antes de su administración no lo era.
Radioquimioterapia concomitante o quimioradioterapia, que se administra junto a la radioterapia para potenciar el efecto local de la radiación.
Como tratamiento paliativo en enfermedad avanzada o metastásica, donde no existe una alternativa de tratamiento local.
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Según la vía de administración se pueden distinguir también varios tipos de quimioterapia:
La forma de administración estándar de la quimioterapia es la intravenosa, aunque también existen fármacos quimioterápicos que se toman por vía oral.
Como instilación directa en regiones específicas: en el líquido cefalorraquídeo, en cavidad pleural, pericárdica y peritoneal, aunque esto solo se realiza en situaciones especiales.
Inyectando la quimioterapia directamente en el propio tumor (intratumoral), aunque esto es infrecuente y casi siempre se considera experimental, como en los tumores de cabeza y cuello.
Mecanismo de actuación de la quimioterapia
Los distintos fármacos actúan en las diferentes fases del ciclo celular utilizando los siguientes mecanismos de actuación:
Interacción directa con el ADN, provocando daño en su estructura o funcionamiento de manera que se interrumpe el crecimiento celular.
Agentes inhibidores del huso mitótico (sistema de los microtúbulos-tubulina de la división celular): los microtúbulos son estructuras responsables del andamiaje celular a lo largo del cual transcurren diversos procesos de crecimiento y movimiento celular. Existen sustancias que alteran los microtúbulos, bloqueando el crecimiento de las células al impedir la correcta división y reproducción de las mismas.
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Toxicidad y efectos secundarios de la quimioterapia
Los efectos tóxicos que conlleva la quimioterapia son numerosos y, en algunos casos, pueden comprometer la vida del paciente. Los más importantes se pueden agrupar en los siguientes:
Toxicidad local y dérmica:alopecia reversible, cambios de pigmentación de la piel.
Mielosupresión: altera las defensas del organismo, provocando un estado de mayor vulnerabilidad para las infecciones. En la actualidad, con la aparición de los factores estimulantes de colonias, las complicaciones han disminuido consiguiéndose la recuperación en un tiempo menor.
Infecciones: están relacionadas con la duración y severidad del descenso de las defensas y con la alteración de la integridad de las barreras, como las mucosas y la piel. Deben tratarse con antibióticos de amplio espectro hasta la recuperación de las cifras hematológicas y el cese de la fiebre.
Cardiotoxicidad: las antraciclinas y los taxanos son las drogas que pueden causar insuficiencia cardiaca congestiva, y que se trata con medidas similares a las producidas por otra etiología.
Toxicidad pulmonar: el daño se produce en forma de neumonitis crónica, que conduce a una fibrosis pulmonar. No existe un tratamiento eficaz para su control, aunque el uso de corticoides alivia los síntomas.
Toxicidad hepática: las alteraciones hepáticas transitorias se manifiestan con elevación de las transaminasas.
Toxicidad gastrointestinal: úlceras en la mucosa oral; náuseas y vómitos; diarrea no infecciosa; estreñimiento.
Reacciones alérgicas que obligan, en algunos casos, a utilizar premedicación.
Cistitis: la ifosfamida y la ciclofosfamida con frecuencia inducen cistitis, pudiendo ser hemorrágica. Se previene con hidratación y la utilización de un uroprotector (mesna).
Neurotoxicidad: puede ser periférica (sensación de acorchamiento en extremidades, dolor tipo calambre, etcétera) o central. El único tratamiento es la supresión del fármaco.
Toxicidad renal: el fármaco más tóxico para el riñón es el cisplatino, que produce necrosis renal (tubular) con disminución progresiva de la función renal.
Toxicidad gonadal: en el varón puede aparecer esterilidad. En la mujer se produce atrofia ovárica y ausencia de menstruación, transitoria o definitiva. En ambos casos, las alteraciones pueden ser reversibles en función de la edad y dosis del fármaco utilizado.
Carcinogénesis: pueden desarrollarse tumores secundarios, que aparecen tras varios años de haber finalizado los tratamientos.
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Resistencia a drogas
Una de las causas mayores de fallo al tratamiento quimioterápico es la resistencia de los tumores, adquirida durante el tratamiento, o inherente desde el principio del desarrollo del tumor, a los citostáticos. Como consecuencia de ello, se estima que el uso de varios fármacos (poliquimioterapia) sería más efectivo en el tratamiento de los tumores, que la monoterapia (utilización de un solo fármaco).