Chikungunya
La fiebre de chikungunya, causada por un virus transmitido por mosquitos, es una enfermedad que provoca un cuadro febril agudo. Originaria de África, se ha expandido por Asia y las Américas.

Diagnóstico de la fiebre de chikungunya

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Las manifestaciones clínicas de la fiebre de chikungunya son muy inespecíficas. No hay síntomas muy característicos que hagan sospechar que se padece esta enfermedad en concreto en un primer lugar, por ello es difícil que el médico diagnostique la fiebre de chikungunya directamente. 

No obstante, se debe pensar en esta enfermedad en las siguientes situaciones:

  • Fiebre elevada en personas que han viajado a zonas de riesgo (África, Asia, Pacífico, zonas tropicales y subtropicales de América) y que presentan fiebre elevada (mayor de 38.5ºC) sobre todo si se acompaña de dolores articulares.
  • Síntomas parecidos al dengue o a la malaria, habiéndose descartado ambas (fiebre muy elevada, exantema en piel, artritis, etcétera).

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Pruebas de laboratorio para detectar el chikungunya

En los análisis de sangre puede haber alteración de parámetros que indiquen infección. En el caso del chikungunya es más frecuente la leucopenia (el descenso de los leucocitos) que la leucocitosis (su aumento); las plaquetas también pueden estar más bajas de lo normal. También es común la elevación de la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular, como en otros procesos infecciosos. A menudo puede haber un incremento leve o moderado de las transaminasas.

El diagnóstico de confirmación de chikungunya se puede realizar de dos maneras. En los primeros 7 días desde la aparición de los síntomas se puede realizar un ensayo de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) o la técnica ELISA para detectar presencia de material genético del virus. A partir del cuarto o quinto día aparecen los anticuerpos de fase aguda (tipo IgM) en sangre. Su detección a partir de ese momento con aumento de los títulos y la aparición de IgG (anticuerpos que aparecen en una segunda fase –las concentraciones más altas se detectan entre 3 y 5 semanas después de aparecer la enfermedad, y persisten unos 2 meses–) en dos muestras separadas de suero permiten diagnosticar el chikungunya. 

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Estos análisis no se realizan en los laboratorios de forma rutinaria. En los países con circulación endémica de chikungunya muchos pacientes no son diagnosticados. En Europa o EE.UU. el chikungunya entra dentro del plan de control vectorial al igual que otros arbovirus de declaración obligatoria como el dengue y el zika para evitar su expansión amplia. En general, hay que recurrir a centros de referencia nacional en diagnóstico microbiológico. De todos modos, cuando llega el resultado de confirmación el cuadro suele haberse resuelto, salvo en los casos en los que se cronifique.

Cómo diferenciarlo de otros procesos infecciosos similares

Es importante el diagnóstico diferencial de chikungunya con otras causas de fiebre como la malaria o el dengue. La malaria puede ser un proceso muy grave e incluso mortal y tiene un tratamiento específico. Otros procesos infecciosos que se pueden adquirir en estas zonas son la leptospirosis, el sarampión, la rubéola, el parvovirus B19, diversos enterovirus, otros arbovirus…

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Es importante tener en cuenta el lugar de residencia del paciente, la historia de viajes y el lugar de la exposición. El dengue y el zika pueden tener un cuadro clínico indistinguible del chikungunya y se transmiten en las mismas zonas geográficas por los mismos mosquitos. Se han descrito casos de personas que tienen dos o incluso los tres virus de forma simultánea.

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