Ciática
La ciática, que se produce a causa de la irritación del nervio ciático, es muy dolorosa y puede durar varios días, llegando a incapacitar al paciente. Aprende a prevenir su aparición y a disminuir sus molestias.

Causas de la ciática y factores de riesgo

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 3 de junio de 2024

La ciática es una afección dolorosa que afecta el nervio ciático, que se extiende desde la parte baja de la espalda hasta los pies. Este dolor puede variar en intensidad y frecuencia, impactando significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Entender las causas subyacentes de la ciática es esencial para el diagnóstico y tratamiento adecuados.

PUBLICIDAD

A continuación, se detallan las diversas causas que pueden originar esta afección, cada una contribuyendo de manera única a la compresión o irritación del nervio ciático:

  • Hernia de disco vertebral: es con diferencia la causa más frecuente de ciática. Los discos intervertebrales se encuentran entre las vértebras de la columna y amortiguan el roce que se produce entre ellas a causa de los movimientos, haciendo que la columna vertebral sea flexible. Su interior es viscoso, están compuestos de una parte externa resistente (anillo fibroso) y un núcleo gelatinoso interno (núcleo pulposo) y, con el tiempo, el núcleo pulposo puede protruir (desplazarse) fuera del propio disco a través de una fisura en el anillo fibroso hacia la médula espinal, donde comprime las raíces del nervio ciático de uno de los lados, causando inflamación y dolor que se irradia a lo largo del nervio. La hernia discal suele aparecer en varones adultos que realizan trabajos donde cargan peso, y también son habituales en varones con sobrepeso.
  • Estenosis del canal lumbar: sucede en personas ancianas. La médula espinal está protegida por el canal óseo que forman las vértebras, y con el tiempo este canal puede estrecharse debido a la artrosis, principalmente. La región lumbar, es decir, la parte más baja de la espalda, suele ser la zona más afectada, y se produce ciática al comprimirse las raíces nerviosas. En este caso la ciática puede ocurrir a la vez en los dos lados del cuerpo y su principal característica es que aparezca un dolor progresivo mientras se camina, que desaparece poco después de sentarse o inclinarse hacia delante.

  • Síndrome piriforme: el pequeño músculo piriforme se inserta en la pelvis y en el fémur, de forma que cuando se contrae acerca la pierna. Lo habitual es que el nervio ciático pase por debajo de este músculo, pero hay personas en las que el nervio atraviesa el músculo (aproximadamente el 10% de la población). Se pueden formar contracturas en el músculo piriforme que compriman el nervio ciático; esto sucede principalmente después de lesiones que limitan el caminar. Suele tratarse con inyecciones de esteroides o con toxina botulínica
  • Fracturas o traumatismos: lógicamente, cualquier fractura de los huesos localizados en el recorrido del nervio ciático puede alterar su recorrido y comprimirlo, como caídas, accidentes automovilísticos o lesiones deportivas, y pueden causar inflamación, hinchazón o desplazamiento de las estructuras óseas que rodean o presionan el nervio ciático. Sin embargo, la primera preocupación en estos casos será la propia fractura. 
  • Tumores: en raras ocasiones, tumores o crecimientos anormales en la columna pueden comprimir el nervio ciático al crecer sin control. El tumor que provoca ciática con más frecuencia es el condrosarcoma en ancianos. Afortunadamente, no es muy frecuente. También se puede producir ciática por un tumor de páncreas que invade la columna vertebral o a causa de metástasis vertebrales, aunque es más frecuente que sólo provoquen lumbago.
  • Enfermedad de Paget: esta enfermedad no da síntomas con frecuencia, pero está más extendida de lo que se piensa entre los ancianos. Consiste en la formación de hueso de forma descontrolada sin llegar a ser un tumor. La pelvis es el hueso más afectado y crece poco a poco pudiendo comprimir el nervio ciático.
  • Espondilolistesis: la espondilolistesis es una afección en la que una vértebra se desliza hacia adelante sobre la vértebra que está debajo de ella. Esto puede ocurrir debido a defectos congénitos, lesiones por estrés físico, traumatismos o degeneración. Este desplazamiento, en casos avanzados, puede comprimir el nervio ciático, llevando a dolor y otros síntomas.

  • Degeneración de discos: con el envejecimiento, los discos intervertebrales pueden degenerarse, perdiendo altura y volumen, lo que lleva a una disminución del espacio entre las vértebras. La degeneración de los discos puede contribuir a la compresión de las raíces nerviosas, resultando en ciática.

  • Espolones óseos: los estribos óseos (osteofitos) son protuberancias óseas que se forman en las vértebras debido a la osteoartritis. Estos estribos pueden estrechar el canal espinal o los forámenes intervertebrales (las aberturas por donde salen los nervios de la columna), causando compresión del nervio ciático.

  • Embarazo: durante la gestación el útero comprime órganos internos de la pelvis y esto provoca contracturas musculares que favorecen la ciática.

PUBLICIDAD

Causas de la ciática (infografía)

Factores de riesgo de ciática

Además de las causas directas, diversos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar ciática:

  • Edad: el envejecimiento natural del cuerpo conlleva cambios degenerativos en la columna vertebral. Los discos intervertebrales pueden desgastarse con el tiempo, provocando condiciones como hernias de disco o estenosis espinal, que comprimen el nervio ciático. Las personas de mediana edad, especialmente entre los 30 y 50 años, son más propensas a desarrollar problemas de disco y otras afecciones que pueden causar ciática.
  • Obesidad: el exceso de peso corporal puede aumentar la presión sobre la columna vertebral y los discos intervertebrales. Este aumento de la presión puede llevar a la compresión del nervio ciático, aumentando el riesgo de desarrollar ciática.
  • Trabajo físico: trabajos que implican levantar objetos pesados, torsiones repetitivas o estar sentado por períodos prolongados, o realizar actividades físicas extenuantes pueden aumentar el riesgo, ya que pueden causar lesiones en la columna vertebral o exacerbar problemas existentes, como hernias de disco o espolones óseos.
  • Estilo de vida sedentario: la falta de ejercicio regular puede debilitar los músculos de la espalda y abdomen, que son cruciales para el soporte de la columna vertebral. Los músculos débiles pueden conducir a una postura incorrecta y aumentar la presión sobre la columna vertebral, lo que puede provocar ciática.
  • Diabetes: la diabetes puede aumentar el riesgo de daño a los nervios debido a los altos niveles de azúcar en la sangre. El daño a los nervios, conocido como neuropatía, puede afectar al nervio ciático y contribuir al desarrollo de síntomas de ciática.

  • Tabaquismo: fumar puede dañar los discos intervertebrales y reducir el flujo sanguíneo a la columna vertebral. La reducción en el suministro de nutrientes y el daño a los discos pueden aumentar la susceptibilidad a las hernias de disco y otros problemas que comprimen el nervio ciático.

  • Condiciones médicas previas: afecciones previas como la espondilolistesis, la estenosis espinal y otras enfermedades degenerativas de la columna vertebral pueden predisponer a una persona a la ciática. Estas condiciones pueden provocar cambios estructurales en la columna vertebral que comprimen el nervio ciático.

  • Genética: la predisposición genética a ciertas condiciones espinales puede jugar un papel en el desarrollo de la ciática. Las personas con antecedentes familiares de problemas espinales pueden ser más susceptibles a hernias de disco y otras causas de compresión del nervio ciático.

PUBLICIDAD

Comprender y gestionar estos factores de riesgo puede ayudar a prevenir la ciática o reducir la probabilidad de recurrencia si ya se ha experimentado esta afección.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD