Diagnóstico de la infección por citomegalovirus
Actualizado: 29 de julio de 2022
El diagnóstico de la infección por citomegalovirus (CMV) se puede realizar con diversas técnicas de laboratorio. Las muestras que se pueden utilizar dependen de cada caso. Así, se pueden llevar a cabo los estudios de suero o analítica de sangre completa, análisis de orina, saliva, lavado broncoalveolar obtenido por fibrobroncoscopia, o líquido cefalorraquídeo extraído en una punción lumbar. También se puede estudiar el CMV en tejidos de biopsias.
Para diagnosticar una mononucleosis, o bien determinar la situación de un donante o receptor de órganos antes del trasplante se realizan técnicas de diagnóstico serológicas. En concreto, se estudia por un lado la presencia de anticuerpos de tipo IgM, que indicaría una infección primaria o reciente. El problema es que tiene muchos falsos positivos, por lo que no es conveniente usarlo en mujeres embarazadas.
La IgG a su vez, si se positiviza habiendo sido negativo previamente, indica también infección primaria. En una mujer embarazada en la que ambos tipos de anticuerpos –IgM e IgG– den positivo, habría que realizar un tipo de prueba especial llamada test de avidez. Un porcentaje de avidez bajo (<35%) indica infección reciente y un porcentaje mayor del 65% sería indicativo de infección pasada o de hace varios meses. Realmente, no se recomienda un cribado serológico de CMV en las embarazadas porque no hay vacuna ni tratamiento, y por la dificultad de detectar una infección recurrente.
Otras pruebas que se pueden utilizar para el diagnóstico de la infección por CMV son la realización de alguna de las siguientes técnicas de las muestras comentadas:
El método de diagnóstico aplicable depende de la situación clínica:
Creado: 22 de marzo de 2019