Tratamiento de la colitis ulcerosa
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 7 de julio de 2023
El tratamiento de la colitis ulcerosa tiene como objetivo controlar los síntomas, prevenir las recaídas y reducir la inflamación en el revestimiento del colon. El plan de tratamiento puede variar según la gravedad del brote que sufra el enfermo, la extensión de la inflamación y la respuesta individual del paciente. Algunas opciones de tratamiento comunes incluyen:
En casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, puede considerarse la cirugía para extirpar el colon y el recto (colectomía). Sin embargo, la cirugía generalmente se reserva para casos en los que el tratamiento médico no ha tenido éxito o cuando hay complicaciones graves. Igualmente, los medicamentos biológicos, como los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF), pueden ser utilizados en casos más graves o resistentes a otros tratamientos. Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación y controlar los síntomas.
Consejos dietéticos para pacientes con colitis ulcerosa
Algunos pacientes pueden beneficiarse de realizar algunos cambios en la dieta, como evitar alimentos que desencadenen los síntomas o seguir una dieta baja en residuos. Sin embargo, es importante trabajar con un dietista o médico especializado para asegurarse de que se mantenga una nutrición adecuada:
- Alimentación equilibrada: mantén una dieta equilibrada y nutritiva que incluya alimentos de todos los grupos alimenticios, como frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables. Esto proporcionará los nutrientes necesarios y ayudará a mantener la salud general.
- Fibra dietética: la fibra puede ser problemática para algunas personas con colitis ulcerosa durante los brotes activos. En estos casos, se recomienda una dieta baja en fibra para reducir la irritación intestinal. Sin embargo, durante la remisión, se puede aumentar gradualmente la ingesta de fibra mediante la incorporación de alimentos como frutas y verduras cocidas, granos refinados y legumbres.
- Evitar alimentos desencadenantes: identifica los alimentos que pueden desencadenar los síntomas y trata de evitarlos. Algunos alimentos comunes que pueden empeorar los síntomas incluyen alimentos picantes, alimentos fritos, alimentos grasos, alimentos procesados, cafeína, alcohol y lácteos. Sin embargo, es importante recordar que los desencadenantes alimentarios pueden variar entre las personas, por lo que es importante mantener un diario de alimentos y síntomas para identificar los desencadenantes individuales.
- Comer comidas más pequeñas y frecuentes: en lugar de comer grandes comidas, considera comer comidas más pequeñas y frecuentes a lo largo del día. Esto puede ayudar a aliviar la carga sobre el sistema digestivo y facilitar la digestión.
- Mantenerse hidratado: bebe suficiente agua para mantener una buena hidratación. La pérdida de líquidos debido a la diarrea puede provocar deshidratación, por lo que es importante asegurarse de reponer los líquidos perdidos.
- Por otro lado, en casos de desnutrición o malabsorción, se pueden recomendar suplementos nutricionales orales o fórmulas de alimentación enteral para garantizar una nutrición adecuada.
Es importante trabajar en estrecha colaboración con un médico especialista en gastroenterología para desarrollar un plan de tratamiento individualizado y realizar un seguimiento regular para controlar los síntomas y prevenir recaídas. Cada paciente es único, por lo que es fundamental encontrar el enfoque de tratamiento adecuado para cada persona.
Creado: 10 de enero de 2013