Congestión nasal
Cuando la nariz está taponada es necesario respirar por la boca, lo que facilita la entrada de gérmenes patógenos y reseca la garganta. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a aliviar la congestión nasal.

Congestión nasal en bebés

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

En los niños mayores, jóvenes y adultos, la congestión nasal es una molestia sin consecuencias importantes, aunque puede afectar a la calidad del sueño y ser motivo de ronquidos y sequedad de garganta, ya que la persona dormida necesita abrir la boca para poder respirar.

En los bebés, sin embargo, la obstrucción nasal puede interferir con el desarrollo de la audición y del lenguaje, y el exceso de mucosidad puede obstruir la tropa de Eustaquio y provocar dolor de oídos e infección. Además, una buena función respiratoria es necesaria para que el niño se alimente y duerma correctamente. Por ello, es importante identificar los signos que indican que tu hijo tiene la nariz taponada, y consultar con el médico para que determine las causas e indique el tratamiento más adecuado.

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Síntomas y consecuencias de la congestión nasal en los bebés

En los bebés y niños pequeños la congestión nasal puede originar síntomas como:

  • Dificultades para respirar.
  • Somnolencia y problemas para conciliar o mantener el sueño.
  • Problemas para comer. Especialmente durante los primeros meses de vida, la obstrucción nasal puede complicar la lactancia, ya que el bebé no podrá respirar por la nariz mientras se alimenta.
  • Infecciones reiteradas en las vías respiratorias superiores
  • Lagrimeo excesivo.
  • Dolor de garganta.
  • Molestias en los oídos.

Para estos niños, que no pueden sonarse la nariz por sí mismos, es aconsejable emplear productos naturales, como soluciones salinas, para humidificar y limpiar sus fosas nasales, y favorecer la expulsión de secreciones. También se pueden extraer los mocos con cuidado con una pera de goma especial para bebés.

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En general, es bueno poner un humidificador en la habitación del bebé (que puede ayudar a aliviar la inflamación y aclarar la mucosidad), y sostenerle boca abajo de vez en cuando para facilitar el drenaje de la mucosidad, aunque siempre se debe consultar previamente al pediatra.

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