Diagnóstico de la conjuntivitis

El diagnóstico de la conjuntivitis en sí es sencillo a la vista de las manifestaciones clínicas que acompañan a este proceso: ojo rojo, secreción y sensación de cuerpo extraño. Con esta presentación se puede establecer el diagnóstico y recomendar un tratamiento empírico, considerando los tipos más frecuentes y sus características (tipo de secreción, afectación de mucosa nasal en las alérgicas, sustancia tóxica desencadenante, etcétera).

En casos concretos, bien por su presentación más severa, o por la escasa respuesta a un tratamiento empírico inicial o por la repetición de los episodios, pueden utilizarse algunos métodos para la identificación de los gérmenes causales de la conjuntivitis.

El cultivo de las secreciones permite el aislamiento de las bacterias responsables, siendo de particular relevancia cuando se trata de microorganismos especialmente virulentos como los gonococos y la clamidia por su potencial riesgo de complicaciones. En el laboratorio de microbiología además podrán probar la sensibilidad de los antibióticos para así poder realizar un tratamiento más dirigido.

El análisis de la secreción lagrimal también permite el recuento de las células inflamatorias que están implicadas en la conjuntivitis, sugiriendo un origen infeccioso cuando las células halladas sean leucocitos polimorfonucleares, o eosinófilos en el caso de las alérgicas.

La valoración de la agudeza visual habitualmente no arroja ningún déficit. Y el examen oftalmológico completo descartará la afectación de otras estructuras como el párpado o la córnea.