Qué es un corte de digestión o síndrome de hidrocución

La digestión es el proceso mediante el cual obtenemos los nutrientes de los alimentos que ingerimos. Comienza en el momento que se introduce el alimento en la boca y termina cuando los nutrientes se han absorbido y en el tubo digestivo quedan los desechos. La expresión “corte de digestión” se utiliza muy comúnmente para referirse a la parada súbita de este proceso, que no solo ocurre tras meterse en el agua fría justo después de comer, sino que puede originarse por varias causas. Aunque no es un término médico oficial, y puede llevar a error, ya que lo que describe se relaciona con el "síndrome de hidrocución" o "shock térmico." Este fenómeno provoca una respuesta refleja y aguda del cuerpo, que puede incluir una serie de síntomas físicos y, en casos graves, puede llevar al desmayo, a paro cardíaco o incluso al ahogamiento.

Mecanismo del síndrome de hidrocución

En otras palabras, el síndrome de hidrocución es una reacción fisiológica aguda que se produce cuando una persona se sumerge repentinamente en agua fría, dándose los siguientes pasos:

• Reflejo vagocardiaco: la exposición súbita al agua fría estimula los nervios de la piel y puede activar el reflejo vagal, lo que provoca una disminución de la frecuencia cardíaca (bradicardia) y una vasodilatación periférica. Esto puede llevar a una caída de la presión arterial y, en casos extremos, a un paro cardíaco.
• Vasoconstricción periférica: el agua fría provoca una contracción de los vasos sanguíneos en la piel y los músculos periféricos para conservar el calor. Esto puede resultar en una redistribución del flujo sanguíneo, afectando la irrigación de órganos vitales.
• Hiperventilación y espasmo laríngeo: el choque térmico también puede causar una hiperventilación repentina y, en algunos casos, un espasmo de las cuerdas vocales (laringoespasmo), lo que puede dificultar la respiración y aumentar el riesgo de ahogamiento.

¿Y qué papel tiene la digestión?

Durante la digestión el sistema más activo es el digestivo, es ahí donde el flujo sanguíneo está más concentrado y el resto del cuerpo recibe un aporte de sangre menor. Si en el proceso de la digestión el cuerpo entra en contacto brusco con bajas temperaturas (como por ejemplo cuando nos bañamos nada más comer), la sangre se verá obligada a repartirse por el cuerpo para contrarrestar la pérdida de calor, y priorizar el flujo hacia áreas críticas como el cerebro, el corazón y los pulmones. Esta redistribución de la sangre puede interferir con la digestión y llevar a los síntomas que popularmente se asocian con el corte de digestión, originando mareos y vómitos. Es por eso que el introducirse bruscamente en agua fría justo después de comer puede ocasionar este problema. Conviene aclarar que el riesgo es mayor en aguas muy frías (generalmente por debajo de 20°C).

Lo mismo ocurre al hacer ejercicio intenso después de una comida. La sangre concentrada en el estómago debe fluir por todo el cuerpo para aportar oxígeno suficiente a los músculos ejercitados, lo cual puede provocar también una parada en la digestión.

Otras causas, aunque no tan frecuentes, son el sudar abundantemente o tomar el sol con altas temperaturas.

También hay ciertas comidas pesadas, muy ricas en grasas o en azúcar que favorecen el corte de digestión si se combinan con las situaciones mencionadas. Esto se debe a que dichos alimentos requieren un mayor esfuerzo digestivo y, por lo tanto, una mayor cantidad de sangre en el sistema digestivo. Son factores a tener en cuenta si se va a la playa o la piscina, que son los lugares donde se da este problema con más frecuencia.

El corte de digestión no es tan común como parece y, en la mayoría de los casos, los síntomas son leves. Sin embargo, en casos extremos, especialmente en personas con condiciones de salud preexistentes, puede ser más serio y requerir atención médica inmediata.

Por todo ello, para evitar un corte de digestión, se recomienda esperar al menos dos horas después de comer antes de nadar, especialmente si la comida fue abundante. Asi como evitar el ejercicio intenso inmediatamente después de comer, entrar gradualmente en el agua para permitir que el cuerpo se adapte a la temperatura, y evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que puede afectar la regulación de la temperatura corporal y la circulación.