Crisis de pánico
En este trastorno la información es la mejor prevención. Conocer qué es el pánico, cómo se puede controlar y, de esta manera, perderle el miedo, es el primer y principal paso para superar una crisis de ansiedad.

Síntomas de una crisis de pánico

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Las crisis de pánico son episodios que, en un primer momento, son inesperados y no se asocian a ninguna situación concreta. De hecho pueden sucederte en medio de una reunión, mientras conduces o caminas por la calle. En ellos aparece de forma temporal y aislada miedo o malestar intenso acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas indicativos de un ataque de pánico, que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión en los diez primeros minutos (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DMS-IV-TR, 2002):

  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
  • Sensación de peligro inminente sin que medie una causa aparente.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Opresión o malestar torácico.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
  • Escalofríos o sofocaciones.

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La vivencia de una crisis de pánico es un hecho altamente desagradable. Por ello, a muchos pacientes les aterra el hecho de que la crisis vuelva a aparecer afirmando que sufren “miedo al miedo”. Esta circunstancia define al trastorno de ansiedad. Tras sufrir un ataque de pánico es normal que te sientas cansado.

Aunque no se trata de una situación peligrosa en sí misma, una crisis de pánico o angustia sí puede ser complicada de controlar por uno miso, por lo que conviene buscar ayuda o acudir a consulta, ya que de no tratarse podría empeorar o volver a repetirse. 

De hecho, conviene diferenciarla correctamente de otros problemas, y es que, todos estos síntomas, la mayoría de carácter somático, no deben obedecer a otras enfermedades, por tanto, deben quedar excluidas patologías cardiacas que justifiquen el dolor torácico y las palpitaciones, procesos digestivos que provoquen náuseas y vómitos, etcétera.

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