Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una afección crónica de la piel, que afecta sobre todo a niños pequeños, en la que se alternan etapas de mejoría con otras en las que los brotes son frecuentes. Te ofrecemos recomendaciones para minimizar las molestias que ocasiona.

Tipos de dermatitis atópica

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Actualizado: 14 de septiembre de 2023

Podemos hablar de varios tipos de dermatitis atópica, ya que aunque las lesiones son muy parecidas, a nivel de diagnóstico la dermatitis atópica se divide en función de la edad del paciente (lactantes, niños y adultos). Estas son sus características, zona de aparición e intensidad:

Dermatitis atópica del lactante

Esta dermatitis atópica aparece de los 0 a los 2 años. Es la edad de aparición más frecuente. Generalmente, el aspecto de las lesiones lleva a pensar que la lesión es más grave de lo que realmente es. Cuando comienzan a aparecer eccemas en los bebés pueden ser del tipo eccema seborreico (ver siguiente apartado), para acabar finalmente evolucionando a una forma de eccema atópico.

PUBLICIDAD

Se caracteriza por erupciones cutáneas inflamatorias, picazón intensa y sequedad en la piel. Las localizaciones frecuentes de los eccemas en lactantes son: cara (mejillas y frente), cuero cabelludo, tronco y extremidades. Por lo general, se presentan en forma de placas o parches rojos con edema (tienen líquido bajo la superficie), que pican y exudan y que, debido al rascado inconsciente de las lesiones por el bebé, pueden infectarse.

Dermatitis infantil

Esta condición, también conocida como eccema atópico infantil, suele estar asociada con una predisposición genética a las enfermedades alérgicas y puede ser el primer signo de lo que se conoce como la "marcha atópica", que incluye afecciones como la dermatitis atópica, el asma y la rinitis alérgica.

PUBLICIDAD

Muchos de los casos de eccemas en lactantes acaban desapareciendo antes del año y medio de vida. Y aunque pueden volver a aparecer en cualquier momento, la intensidad puede ser menor. En cualquier caso, es importante que los padres consulten a un pediatra o dermatólogo si sospechan que su bebé tiene dermatitis atópica. El tratamiento y el manejo adecuados pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del bebé y la familia.

Para aquellos bebés que continúan sufriendo de eccemas, el patrón de las lesiones cambia. Es lo que se conoce como dermatitis atópica infantil.

Dermatitis atópica infantil

La dermatitis atópica en niños es una de las afecciones cutáneas más comunes en la infancia. Suele ser hereditaria y se asocia con una predisposición genética a las enfermedades alérgicas. La dermatitis atópica en niños mayores de dos años suele tener características similares a las observadas en bebés y lactantes, como erupciones cutáneas, picazón intensa y piel seca, pero la forma en que se maneja puede ser diferente debido a la edad y la capacidad de comunicación del niño.

PUBLICIDAD

A partir del año y medio o dos años de edad, las lesiones por eccema se desarrollan más frecuentemente en las flexuras (los pliegues de la piel), ya que son zonas muy propensas a este tipo de afecciones: el pliegue no permite que el aire y la luz sequen la lesión, y la humedad favorece la aparición y permanencia de la misma. Las vesículas son más frecuentes que en la dermatitis del lactante.

Las zonas donde se desarrolla con más frecuencia la dermatitis atópica a estas edades son los pliegues internos de los codos, los pliegues traseros de las rodillas y los pliegues de las comisuras de la boca.

En los niños el picor es muy intenso; y el rascado favorece la aparición de heridas y costras. Por ello, si el niño es lo suficientemente mayor, es importante educarle sobre la importancia de no rascarse en exceso, ya que esto puede empeorar la dermatitis y causar infecciones secundarias. 

PUBLICIDAD

En algunos casos, especialmente si la dermatitis es grave o no responde bien al tratamiento convencional, puede ser necesario consultar a un dermatólogo pediátrico para una evaluación y un enfoque de tratamiento más especializado.

Dermatitis atópica del adulto

La dermatitis atópica del adulto, también conocida como eccema atópico del adulto, es una enfermedad crónica de la piel que afecta a adultos y se caracteriza por la inflamación de la piel, picazón intensa y erupciones cutáneas. A menudo, esta afección se asocia con antecedentes de dermatitis atópica en la infancia, pero también puede desarrollarse en personas que no tuvieron esta afección en la niñez.

En la edad adulta, los eccemas se presentan como placas de liquenificación (con una apariencia como de piel extremadamente seca y dura), con engrosamiento. El rascado crónico favorece la ruptura de esas placas y la aparición de excoriaciones (como si se desprendiese la piel debido a la intensidad del rascado) y grietas que pueden doler. Puede aparecer en pliegues (por ejemplo, detrás de las rodillas o en los codos), pero también en la nuca y el cuello, el dorso de manos y pies, las muñecas…

PUBLICIDAD

La dermatitis atópica del adulto suele presentar episodios de exacerbación (empeoramiento de los síntomas) seguidos de periodos de remisión (alivio de los síntomas). Lo curioso es que, en muchos casos, la dermatitis del adulto puede cursar con lesiones que recuerdan a la dermatitis infantil e, incluso, a la del lactante.

Algunos factores, como el estrés, el clima seco, los alérgenos ambientales, los detergentes fuertes y ciertos alimentos, pueden desencadenar o empeorar los síntomas en personas con dermatitis atópica del adulto.

Es importante consultar a un dermatólogo o médico para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado, ya que cada caso puede variar en gravedad y requerir un enfoque específico. Además, el cuidado constante de la piel y el manejo de los desencadenantes son aspectos clave en el control de la dermatitis atópica del adulto.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD