Disfunción eréctil
De origen físico o psíquico, este problema, tabú aún, afecta a millones de hombres en todo el mundo. Si es tu caso, debes saber que la disfunción eréctil tiene solución y se puede prevenir. Descubre cómo.

Diagnóstico de la disfunción eréctil

Por: Margarita Casado Jiménez

Médico Adjunto en Oncología Radioterápica en el Hospital de la Princesa

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El diagnóstico de la disfunción eréctil consta de dos niveles y depende de los objetivos del paciente y su pareja, así como de la edad, el estado general de salud y la condición médica del sujeto. El primer nivel es una anamnesis médica y psicosexual detallada, un examen físico completo, y una evaluación de laboratorio hormonal y básica, seguidos de la discusión de las opciones terapéuticas sin recurrir a otros estudios. Y un segundo nivel, que tiene por finalidad determinar con precisión la causa de la de la disfunción eréctil, y requiere uno o más de los siguientes estudios: consulta psicológica, prueba de la tumescencia nocturna (TPN), evaluación neurológica avanzada y estudios arteriales y venosos funcionales.

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Las pruebas diagnósticas de la disfunción eréctil se dividen en muy recomendadas, recomendadas, opcionales y especializadas:

  • Pruebas muy recomendadas: se deben realizar en todos los pacientes, e incluyen una historia clínica completa y una exploración física.
  • Pruebas recomendadas: deben realizarse en la mayoría de los pacientes, y consisten en determinaciones analíticas como glucemia, perfil lipídico, testosterona libre o total, en mayores de 50 años, o más jóvenes si aparecen signos o síntomas de hipogonadismo, como disminución del deseo sexual, del volumen testicular bilateral, y de los caracteres sexuales secundarios.
  • Pruebas opcionales: se recomiendan en determinados grupos de pacientes, dependiendo del criterio médico, y son: hemograma, función renal y hepática, hormonas (LH, prolactina, TSH, T4 y cortisol en sangre y orina).
  • Pruebas especializadas: están indicadas en aquellos casos en los que sea preciso distinguir entre naturaleza psicógena y orgánica del proceso.

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Son las pruebas de objetivación de la erección espontánea:

  • El registro de rigidez y tumescencia peneana nocturna (Rigiscan- NPT): consiste en registrar las erecciones que se producen mientras el paciente permanece dormido. El registro se ha de efectuar preferentemente durante tres noches.
  • Test de la estimulación visual: consiste en la visualización de films eróticos que producen una erección en la mayor parte de los hombres. La presencia de erección descarta que la causa de la disfunción eréctil sea orgánica.
  • Prueba de inyección intracavernosa: se inyecta una sustancia llamada  prostaglandina E1 junto con un estímulo visual o auditivo, y se mide el tiempo de respuesta. Es útil para diferenciar las disfunciones psicógenas de las orgánicas.

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Disfunción eréctil, diagnóstico

También podrían realizarse en determinados pacientes estudios vasculares y neurológicos más específicos:

  • Ecografía doppler dinámica de las arterias peneanas: consiste en determinar el flujo arterial con un ecógrafo previa inyección de prostaglandina E1 o administración de fármacos pro-erección más estimulo visual.
  • Arteriografía y cavernosometría: en pacientes a los que se vaya a realizar una intervención de reconstrucción vascular se recomienda esta prueba, que consiste en visualizar el grosor de las arterias que infunden la sangre a los cuerpos cavernosos mediante contraste.

Los objetivos de la evaluación diagnóstica, ya sea exhaustiva o limitada, son:

  • Determinar las causas médicas y psicológicas.
  • Evaluar la severidad y el grado de responsabilidad de la misma.
  • Establecer una estrategia terapéutica que sea compatible con el diagnóstico específico y cumpla las expectativas del paciente y de su pareja.

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