Síntomas de la disfunción eréctil

El síntoma principal de la disfunción eréctil describe el propio trastorno. Es la incapacidad para iniciar o mantener la rigidez suficiente del pene para llevar a cabo un acto sexual.

En ocasiones, el varón es capaz de tener una erección espontánea, matutina o fuera del acto sexual con pareja, pero cuando se trata de realizar actividad sexual con otra persona, esta no se consigue o no se logra mantener satisfactoriamente. Las erecciones pueden ser firmes al inicio pero se vuelven flácidas rápidamente, impidiendo la penetración. ​Incluso si la penetración es posible, la erección puede no durar lo suficiente como para completar el acto sexual de manera satisfactoria.

En algunos casos, la impotencia se asocia a la eyaculación precoz, aunque el hecho en sí de no conseguir la erección conlleva a no culminar el acto sexual y por tanto a lograr el orgasmo y la expulsión de semen. 

Una reducción notable en la frecuencia de las erecciones matutinas o nocturnas puede ser un indicativo de disfunción eréctil. Las erecciones espontáneas durante el sueño son normales y su disminución puede señalar problemas físicos subyacentes.

Como se ha venido describiendo en otros apartados, los síntomas que suelen acompañar a la disfunción eréctil son de la esfera psicoafectiva. De tal forma que se observa en la mayoría de los hombres una sensación de ansiedad y frustración por no poder conseguir la erección, y en muchos casos, culpabilidad o vergüenza, lo que puede dificultar la comunicación sobre el problema con su pareja o médico, así como la evitación del acto sexual. Esto se comporta como un círculo en el que los síntomas pueden llevar a la causa y viceversa.

En el caso de las alteraciones estructurales del pene como puedan ser la enfermedad de La Peyronie, la curvatura del pene será el síntoma principal pudiendo producir dolor en el inicio de la erección.

Desde un punto de vista social, el reconocimiento de este hecho es escaso, dado que culturalmente se asocia la virilidad con la consecución de una erección firme. La insatisfacción personal, la baja autoestima y los problemas de pareja pueden ir ligados a este trastorno en un buen número de casos.