Elefantiasis
1.230 millones de personas están en riesgo de padecer elefantiasis (filariasis linfática), un síndrome en el que las piernas o el escroto aumentan de tamaño por un bloqueo del sistema linfático por un parásito llamado filaria.

Diagnóstico de la elefantiasis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Para el diagnóstico de la elefantiasis o filariasis linfática inicialmente se debe sospechar esta enfermedad en personas que procedan de las áreas en las que hay presencia de estos parásitos (zonas tropicales del tercer mundo o desatendidas por lo general: África, Asia del Sur, Islas del Pacífico, Caribe y América del Sur). Para el diagnóstico definitivo se debe detectar el parásito en alguna muestra biológica. Su detección no siempre es fácil porque los gusanos adultos que se encuentran en los vasos o los ganglios linfáticos son casi inaccesibles.

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Las microfilarias se pueden observar al microscopio en la sangre, en el líquido del hidrocele y raramente en otros líquidos corporales. El momento de la extracción de la sangre es muy importante porque la producción de microfilarias por los gusanos adultos tiene una periodicidad que hace que haya más microfilarias en sangre a medianoche. Por ello hay que realizar la toma de la muestra en ese momento, salvo en los casos en los que el paciente proceda del Pacífico Sur (donde la cantidad de microfilarias en sangre es mayor por el día). Por otro lado no todas las personas infectadas por filariasis linfática tienen larvas en la sangre.

Para llegar a un diagnóstico definitivo de elefantiasis se pueden utilizar también métodos para detectar antígenos (componentes del propio parásito) de Wuchereria con pruebas serológicas.  En los laboratorios de investigación es posible realizar técnicas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para detectar el material genético del gusano. Los anticuerpos contra las filarias apoyan el diagnóstico de filariasis linfática, aunque pueden ser positivos también por otros gusanos por una reacción cruzada o por exposición a mosquitos infectados sin que el individuo realmente tenga la enfermedad. Adicionalmente, el aumento de los eosinófilos y la inmunoglobulina E no son muy frecuentes salvo en los episodios agudos.

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Otros procedimientos diagnósticos de esta enfermedad tropical que pueden tener cierta utilidad son la ecografía de alta frecuencia y doppler del escroto, los ganglios linfáticos o la mama, para intentar detectar a los gusanos adultos móviles en el interior de los linfáticos dilatados. Estos gusanos se mueven de forma característica dentro de los vasos linfáticos, dando lugar al signo de la danza de la filaria. La linfogammagrafía también se podría emplear para el estudio de los vasos linfáticos.

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