Elefantiasis
1.230 millones de personas están en riesgo de padecer elefantiasis (filariasis linfática), un síndrome en el que las piernas o el escroto aumentan de tamaño por un bloqueo del sistema linfático por un parásito llamado filaria.

Tratamiento y prevención de la elefantiasis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Se recomienda tratar la elefantiasis con fármacos antiparasitarios a los pacientes con datos de afectación linfática aguda y a los asintomáticos. Se utiliza la dietilcarbamazina (DEC), que mata tanto los gusanos adultos como las larvas, durante 12 días. Se le puede añadir otro antiparasitario llamado albendazol o el antibiótico doxiciclina, que mata a los gusanos adultos por su actividad contra un endosimbionte de éstos (Wolbachia). La ivermectina es otro antiparasitario que mata las microfilarias. Además se debe realizar un tratamiento adicional en los casos de linfangitis o linfadenitis aguda con fármacos para la fiebre y el dolor y antibióticos si hay datos de infección bacteriana asociada.

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En las personas con manifestaciones crónicas de elefantiasis se debe realizar un tratamiento basado en medidas higiénicas, prevención de infecciones bacterianas cutáneas y fisioterapia para intentar mejorar la hinchazón.

La inflamación del escroto se puede mejorar con drenajes o de forma quirúrgica. Los fármacos antiparasitarios en los casos crónicos se reservan a aquellos pacientes que tienen datos de infección activa (presencia de gusanos adultos vivos o microfilarias).

Los efectos secundarios del tratamiento de la filariasis linfática con DEC o ivermectina son fiebre, escalofríos, dolores articulares, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. La intensidad de los síntomas depende de la cantidad de larvas que hay en sangre y de las sustancias liberadas por los parásitos a su muerte.

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Recientemente, Satoshi Omura y William Campbell han sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de la avermectina (de la que deriva la ivermectina) cuyo uso en el tratamiento de la elefantiasis está ayudando al descenso del número de casos de afectados por este grave problema.

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