Qué es la endocarditis
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Se llama endocarditis a la inflamación de las válvulas del corazón causada por microorganismos infecciosos, principalmente bacterias, que crecen formando vegetaciones. En raras ocasiones puede tener un origen fúngico. Las cuatro válvulas del corazón son la mitral, la tricúspide, la aórtica y la pulmonar; estas válvulas están en la parte más interna del corazón, lo que se conoce como endocardio (de ahí el nombre de endocarditis). Su función es permitir el paso de la sangre en un solo sentido, y gracias a ellas es posible que se pueda bombear la sangre a todo el cuerpo.
A pesar de ser una infección localizada, una endocarditis puede afectar a varios órganos indirectamente, ya que envía microbios y émbolos a través de las arterias.
Las endocarditis pueden afectar a cualquier persona, pero son mucho más frecuentes en personas con una enfermedad previa del corazón. La prevalencia de la endocarditis se estima entre 1’5 y 6 personas de cada 100.000 cada año, y no hay variaciones importantes entre países. Los hombres se ven afectados por esta enfermedad con más frecuencia que las mujeres (aproximadamente 3-4 hombres por cada mujer), y no parece haber diferencias con la edad, excepto en los niños, en los que la endocarditis es muy poco frecuente.
Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de Fiebre de Origen Desconocido (FOD). Suele ser diagnosticada por médicos internistas y tratada bajo vigilancia hospitalaria intensiva.
Consecuencia de la endocarditis y posibles complicaciones
La endocarditis es un problema médico que puede conllevar graves consecuencias, incluso la muerte del afectado si no trata debidamente. No obstante, en las últimas décadas los avances en las pruebas de imagen en cardiología han permitido un diagnóstico precoz y que su pronóstico sea mucho mejor, incluso puede llegar a curarse sin que se aprecien secuelas importantes si de trata a tiempo y del modo adecuado.
Entre sus complicaciones más habituales encontramos la posibilidad de que la infección se propague a otras zonas u órganos del cuerpo, la presentación de un absceso cerebral o, incluso, la aparición de un ictus como consecuencia del desprendimiento de coágulos de pequeño tamaño o fragmentos de la infección que viajen hasta el cerebro.
Más allá del tiempo en que se coja y el abordaje pautado por el especialista, el pronóstico del paciente dependerá del tipo de microorganismo causante de la infección, del tamaño de las vegetaciones causadas por dichas bacterias, de cómo se vea alterado el funcionamiento de la válvula afectada en cuestión y de la posible existencia de problemas en paralelo en el corazón, como pueden ser embolias o insuficiencia cardiaca.
Creado: 21 de diciembre de 2012