Diagnóstico de la enfermedad de Chagas
Actualizado: 5 de mayo de 2023
El procedimiento diagnóstico del mal de Chagas varía dependiendo de la fase de la enfermedad en la que se encuentre el paciente.
Diagnóstico de la enfermedad de Chagas en fase aguda
Durante la fase aguda, la manera más rápida de efectuar el diagnóstico clínico es mediante un frotis sanguíneo. Al mirar por el microscopio, detectaremos fácilmente la presencia del parásito en la sangre extendida. Esto se debe a que, en esta fase, la presencia del parásito en sangre es muy importante. Con este mismo objetivo también puede usarse otra técnica de concentración sanguínea como el microhematocrito o la técnica de Strout.
Este diagnóstico de la enfermedad de Chagas puede, no obstante, confirmarse mediante aspiración del contenido de los ganglios linfáticos, donde es también segura la presencia del parásito (siempre que haya infección).
Otro procedimiento que se puede llevar a cabo durante esta fase aguda es el xenodiagnóstico. Permitimos que una chinche triatoma no infectada muerda al paciente sospechoso de presentar la infección, y analizamos el contenido del intestino de la chinche cuatro semanas después. Si la chinche presenta parásitos en su intestino, han tenido que ser, necesariamente, obtenidos de la sangre de la persona sospechosa de tener la infección. Se utiliza como diagnóstico confirmativo.
Diagnóstico de la enfermedad de Chagas en fase crónica
Durante la fase crónica, la presencia del parásito en sangre ya no es tan importante, y por ello la técnica de la detección directa por frotis es mucho menos efectiva.
En este caso, debemos recurrir a la serología, o diagnóstico indirecto. La serología no consiste tanto en localizar al parásito como en constatar la reacción inmunológica que éste ha producido. Cuando nos encontramos en la fase crónica de la enfermedad, lo más adecuado es buscar la presencia de anticuerpos que nuestro sistema de defensa haya fabricado para combatir al parásito. No obstante, esta comprobación puede arrojar falsos positivos para tripanosomiasis, ya que si el paciente está sufriendo otra parasitosis (leishmaniasis, principalmente), la serología puede ser positiva.
En cualquier caso, para detectar la presencia de anticuerpos frente a T. cruzi se recurre a técnicas como ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas), ensayo de hemaglutinación indirecta, ensayo de inmunofluorescencia indirecta, western blot y pruebas de diagnóstico rápido como la inmunocromatografía. Precisamente, para evitar falsos negativos con la realización de una sola prueba, el panel de expertos de la PAHO sugiere "utilizar el estándar de diagnóstico –combinar dos de estas pruebas–serológicas positivas– en pacientes con sospecha de infecciónm crónica por T. Cruzi".
Creado: 24 de febrero de 2012