Síntomas de la enfermedad de Chagas
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Los signos y síntomas del Chagas son consecuencia de la infestación de las células de los distintos tejidos por el parásito.
La enfermedad de Chagas presenta dos fases muy diferenciadas: aguda y crónica.
Fase aguda de la Enfermedad de Chagas
En la fase aguda se produce un periodo indeterminado de tiempo, en el que la infección puede permanecer asintomática o progresar a una forma crónica. En casos de infección latente asintomática, un tratamiento de inmunosupresión para otras patologías puede reactivar la infección porque el sistema inmune deja de controlar al parásito.
Cuando por fin se presentan los síntomas, aparece una zona eritematosa y enrojecida en la piel, que va ganando en dureza, en el área de entrada del parásito. Esta lesión se denomina chagoma.
Si la entrada del parásito ha sido por la conjuntiva del ojo, aparece una conjuntivitis con edema del párpado (hinchazón por líquido liberado). Este edema aparece solo en uno de los dos ojos (aquél por el que el parásito haya entrado). Esta manifestación, justo con una linfoadenopatía en ese mismo lado, se denomina signo de Romaña (linfoadenopatía: ganglios inflamados. En los ganglios se desarrolla una parte importante de la actividad inmunitaria. Aparecen inflamados por la infección de los parásitos a los macrófagos y los esfuerzos del sistema inmune por controlar la infección). La infección aguda puede acabar produciendo miocarditis (inflamación e infección del miocardio), llevando al fallo cardíaco; o por meningoencefalitis (infección de las meninges) por parte del parásito. La muerte en esta fase aguda ocurre en un pequeño número de pacientes, pero la enfermedad suele ser especialmente grave en pacientes inmunocomprometidos.
Según apuntan desde la OMS, los pacientes en esta fase podrían también presentar fiebre, dolor de cabeza, palidez, dolor muscular, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Fase crónica de la Enfermedad de Chagas
La fase crónica aparece en un 20 a 40% de los pacientes asintomáticos, es decir, que durante años han albergado el parásito sin mostrar síntomas. Así, de 10 a 30 años después hasta un 30% de los pacientes sufre trastornos cardíacos y un 10% alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas.
En esta fase las principales complicaciones aparecen en músculos estriados, como el corazón o la musculatura gastrointestinal, donde se ocultan los parásitos. En ambos casos se apreciará un aumento del tamaño de las vísceras. En el corazón, cardiomegalia, que es un aumento del volumen de las cavidades del corazón, por elongación de las fibras. Este agrandamiento no aumenta la efectividad de la contracción cardíaca, más bien al contrario, puede desembocar en multitud de problemas cardíacos: bloqueos de la conducción, síncope, arritmias, fallo cardíaco…
En la zona gastrointestinal se observa principalmente aumento de tamaño del hígado (hepatomegalia), del bazo (esplenomegalia), del colon (megacolon), y del esófago (megaesófago, que dificulta la deglución de la comida y puede producir infecciones respiratorias por aspiración de fluidos o por malnutrición).
Creado: 24 de febrero de 2012