Tratamiento de la enfermedad de La Peyronie
Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Dado que la enfermedad de La Peyronie o curvatura del pene es poco frecuente, la mayoría de los médicos de Atención Primaria tienen una experiencia muy limitada en su manejo. Por ello, una vez que se haya establecido el diagnóstico, el paciente será derivado al urólogo, que será quien se encargue de coordinar el tratamiento.
El tratamiento de la enfermedad de La Peyronie puede ser médico o quirúrgico:
Tratamiento médico
El tratamiento médico está indicado en las fases iniciales de la enfermedad, ya que una vez que la placa fibrosa se ha estabilizado, el paciente no obtiene beneficio alguno con él. Los estudios sugieren iniciar el tratamiento médico en pacientes con enfermedad de La Peyronie de menos de un año de evolución, y en aquellos que no presentan una deformidad del pene tan severa como para causar una alteración de la función sexual. El tratamiento médico se puede administrar de dos formas:
Tratamiento vía oral
Se han utilizado numerosas sustancias por vía oral para el tratamiento de la enfermedad de La Peyronie en sus etapas iniciales:
Tratamiento intralesional
Este tipo de tratamiento parece ser seguro y bien tolerado por los pacientes.
Tratamiento quirúrgico
Se reserva para los pacientes en los que la deformidad del pene compromete la función sexual (impide la penetración vaginal o produce mucho dolor al paciente o a su pareja), o para aquellos en los que los síntomas persisten más de un año a pesar del tratamiento médico.
Si el paciente conserva la función eréctil se realizan intervenciones quirúrgicas de tipo reconstructivo (plastias y plicaturas de la albugínea, cirugía correctora de la placa de fibrosis…), mientras que si el paciente ya no la conserva se pueden plantear otras opciones más agresivas como la prótesis de pene.
Es fundamental, antes de realizar una intervención quirúrgica en un paciente afectado de enfermedad de La Peyronie, comprobar dos aspectos: que la enfermedad se ha estabilizado y no se encuentra en evolución y, por otro lado, diferenciar si el paciente conserva o no la función eréctil del pene.
Creado: 31 de enero de 2014