Diagnóstico de la enfermedad de Lyme
Actualizado: 23 de septiembre de 2022
Para el diagnóstico de la enfermedad de Lyme se debe tener un cuadro clínico compatible en una persona que tenga el antecedente de haber sido picado por una garrapata. No se conocen ninguna otra vía de transmisión. Hay personas que pueden haber sido picados por garrapatas sin que se hayan dado cuenta, por lo que el hecho de haber estado en zonas boscosas o de campo con presencia de garrapatas también podría contar como antecedente epidemiológico.
En los análisis de sangre ordinarios puede haber alteraciones inespecíficas de las que pueden aparecer en otras muchas enfermedades infecciosas, como el aumento de la velocidad de sedimentación globular. En un tercio de los pacientes puede haber aumento de las transaminasas. Otras alteraciones mucho menos frecuentes son el aumento de la CPK, el aumento o el descenso del número de leucocitos en sangre, la anemia y la bajada de plaquetas.
El CDC de EE.UU. ha desarrollado unos criterios diagnósticos, que se cumplen en la mayoría de los casos, para considerar que sea cierto el diagnóstico de enfermedad de Lyme. El eritema migrans por sí solo permite el diagnóstico de Lyme. También, la presencia de artritis, de afectación neurológica o cardiovascular conjuntamente con una prueba diagnóstica de laboratorio positiva.
La presencia de dolores articulares o de músculos sin inflamación, y el cansancio, el dolor de cabeza o las parestesias u otros síntomas inespecíficos no se admiten por sí solos como suficientes para el diagnóstico de la enfermedad de Lyme.
Pruebas serológicas para detectar la enfermedad de Lyme
Las tinciones microbiológicas, el cultivo, la detección de material genético de Borrelia o la inoculación en animales de experimentación no son técnicas útiles para el diagnóstico de la enfermedad de Lyme. Lo que se utiliza es la serología, fundamentalmente el enzimoinmunoanálisis. Es una técnica rápida, objetiva y reproducible. Además, se puede realizar una serología de tipo Western Blot como prueba confirmatoria.
El principal problema de la serología es su falta de especificidad y por lo tanto, la posibilidad de falsos positivos; además, los anticuerpos pueden persistir positivos durante muchos años y no permiten discriminar las reinfecciones. Se recomienda realizarla al paciente sólo si se ha estado en zona endémica de Lyme, con riesgo de exposición a garrapatas y con síntomas compatibles. No se recomienda solicitar la serología a personas asintomáticas de zonas endémicas de Lyme, ni tampoco a pacientes con síntomas inespecíficos como dolores musculares y articulares, cansancio y fatiga. En los casos de eritema migrans tampoco, ya que estos pacientes deben recibir tratamiento directamente.
Creado: 10 de octubre de 2016