Enfermedad inflamatoria pélvica
La enfermedad inflamatoria pélvica, muy frecuente en la mujer en edad reproductiva, se asocia a infecciones que se adquieren por vía sexual y puede producir secuelas graves como dolor pélvico crónico e infertilidad.

Diagnóstico de la enfermedad inflamatoria pélvica

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El diagnóstico de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es difícil, ya que muchas enfermedades ginecológicas, digestivas o urinarias, cursan con síntomas y signos similares. Esto conduce a retrasos en el diagnóstico, lo que produce en algunas ocasiones que el tratamiento se inicie demasiado tarde para prevenir las secuelas. Solo un tercio de las EIP presentan unos síntomas tan claros que permiten la realización de un diagnóstico rápido.

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La anamnesis (preguntas que realiza el médico al paciente sobre sus síntomas o sobre sus antecedentes) debe incluir preguntas sobre su historia sexual, el uso de anticonceptivos, y los antecedentes de cuadros previos de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP).

En la exploración física pueden encontrarse varios signos que sugieren la existencia de EIP, como dolor a la palpación en abdomen inferior (la existencia de defensa muscular abdominal sugiere que el peritoneo puede estar irritado, lo que es indicativo de gravedad); dolor a la palpación en zonas del aparato genital femenino, fundamentalmente los ovarios, trompas uterinas y ligamentos uterinos; y dolor cuando se moviliza el cuello uterino en la exploración ginecológica.

La visualización de la vagina muestra casi siempre la presencia de flujo abundante, purulento (pus), y en ocasiones maloliente. En el examen con el espéculo (instrumento utilizado por el médico para realizar el examen ginecológico) puede observarse inflamación de la vagina o del cuello uterino. Además, cuando se exprime el cuello del útero con las valvas del espéculo se produce a veces la salida de un líquido purulento, muy frecuente en los casos de gonococia. La exploración ginecológica puede ser difícil por la resistencia de la mujer, ya que cuando el médico realiza determinadas maniobras produce mucho dolor en la paciente.

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Las pruebas de laboratorio expresan la existencia de infección. En el hemograma (análisis que permite realizar un recuento de las células de la sangre) hay un aumento de los glóbulos blancos, mayor cuanta mayor infección hay. En ocasiones puede haber anemia. La PCR (proteína C reactiva) y la VSG (velocidad de sedimentación globular) suelen estar elevadas (el aumento de los niveles de estas sustancias en la sangre indica la existencia de inflamación).

Diagnóstico de la enfermedad inflamatoria pélvica

El estudio bacteriológico es muy importante, y tiene como objetivo demostrar la presencia de gonococos o clamidias en el exudado endocervical. Se recogerán muestras tanto de la vagina como del cuello uterino y, posteriormente, se analizarán al microscopio con tinción de Gram y se cultivarán para ver si crecen los gérmenes en el laboratorio. Se pueden utilizar métodos más agresivos para obtener muestras, como laparoscopia, punción de las trompas, biopsias, o aspiración del exudado del peritoneo, sin embargo, se realizan solo excepcionalmente.

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La ecografía es una prueba útil para el diagnóstico, ya que permite apreciar de forma indolora el estado de los ovarios, trompas, etcétera, y seguir la evolución del proceso. Otras técnicas de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética proporcionan información más detallada, pero su realización no es posible en todos los hospitales.

La laparoscopia es considerada como el procedimiento más útil para el diagnóstico de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Sus ventajas incluyen la facilidad de diagnóstico, la posibilidad de realizar estudios bacteriológicos y de obtener biopsias, y que permite realizar algunas medidas que sirven como tratamiento (evacuar pus, lavado del peritoneo...). Pero también presenta algunos inconvenientes, al tratarse de un procedimiento agresivo que agrava las molestias y añade la posibilidad de que existan complicaciones. 

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